Benjamín era un niño de 7 años de Marbella, Málaga, en España, al que desafortunadamente se le detectó un tumor en la cabeza que derivó en parálisis, tenía inmovilizado el lado derecho del cuerpo, lo que le obligaba a desplazarse en silla de ruedas, falleció el pasado viernes.
Desde que le dio parálisis, los bomberos de Marbella decidieron ayudarle para facilitarle la vida, de forma voluntaria, lo subían y bajaban cada día a pulso por las escaleras para que su madre pudiera llevarlo a la escuela. A su vez, Miguel y Daniel, los dueños de un gimnasio cercano a la vivienda, también le ayudaron y lo desplazaban hasta el portal para que pudiera ir al parque, a pasear.
Ahora, son los bomberos los que han decidido hacerse cargo de los gastos fúnebres del niño. Según la publicación ABC Sevilla, tenían dinero ahorrado para ayudar al niño a conseguir un cambio de casa, que le facilitara hacer una mejor vida.
Benjamin no tenía seguro para su funeral y su madre no podía cubrir los gastos del funeral.
“Se lo ha llevado una paro cardiorrespiratorio”, asegura al medio la tía del niño.
Uno de los bomberos que le ayudaba cuenta que era un niño especial, “Tenemos muy buenos momentos juntos, porque era muy bromista”.
Según ABC Sevilla, el tumor cerebral se había estabilizado, Benjamín recibió el alta médica y trataba de recuperarse con sesiones de logopeda y rehabilitación.
Quería disfrutar del fútbol, su gran pasión. Pese a ello, su cáncer regresó, avanzó y finalmente se lo llevó. el pequeño se ha convertido en un símbolo y el próximo sábado sus amigos se reunirán en Fuengirola para recordarlo en un acto benéfico contra el cáncer.
Con información de Vanguardia
