En un intento por recuperar protagonismo político, la dirigente opositora venezolana María Corina Machado reapareció en Caracas tras meses en la clandestinidad, liderando una serie de protestas contra la investidura presidencial de Nicolás Maduro. Desde el techo de un camión, Machado llamó a la movilización, aunque los resultados fueron inciertos y la convocatoria dejó dudas sobre su capacidad de articulación real en un contexto político cada vez más dividido.
Machado respaldó al opositor Edmundo González, reconocido como presidente por algunos gobiernos internacionales, pese a las polémicas en torno a las pruebas de su supuesto triunfo electoral en 2024. A pesar del apoyo externo, las movilizaciones no alcanzaron el impacto esperado, y el ambiente estuvo marcado por tensiones entre manifestantes y fuerzas de seguridad, quienes controlaron el avance de las marchas en diversos puntos de la capital venezolana.
Con una orden de inhabilitación política y acusaciones de traición a la patria, Machado enfrenta serios cuestionamientos sobre su liderazgo en un escenario opositor fragmentado, mientras Maduro consolida su posición frente a una oposición que no logra unificarse de manera efectiva.
