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Adiós a José Emilio Pacheco #VIDEO

Hoy 26 de enero falleció el escritor mexicano José Emilio Pacheco luego de arribar al hospital por una caída el viernes 25 del mismo mes. El deceso se reportó a las 18 horas con 30 minutos en el Instituto Nacional de Nutrición.

El poeta mexicano obtuvo los premios Cervantes y Reina Sofía en 2009. Su obra poética es considerada una de las mejores del habla hispana. Apenas hace una semana Pacheco escribía sobre el deceso del poeta argentino Juan Gelman: “No volverá, pero tampoco se irá nunca”.

Andrés Piña/ @RHashtag

José Emilio Pacheco el escritor incansable, el lector voraz, el poeta enemigo de los reflectores y de la falsa publicidad, el hombre que pintó un retrato de la ciudad como quien pinta un espacio sagrado entre este y otro mundo, se ha marchado a escribir versos en otra parte. Su obra poética anuncia su partida, desde la publicación en 1963 de “Los elementos de la noche”. En donde plasmaba una feroz rima que se modificaba en cada verso, como queriendo encontrar una voz que al mismo tiempo era la voz originaria de los poemas de Ezra Pound.

Sin embargo conforme los versos venían sucediendo, la influencia del poeta norteamericano pasaba a segundo plano y se asomaba solamente, como una tierna imagen clara de una poesía única que tenía el título y apellido de: “Pacheco”. Nunca fue otro, siempre fue él mismo, siempre sostuvo esa búsqueda para ver de cuántas maneras diferentes podía sonar una palabra. Traductor fiel de T.S. Eliot nunca quiso traicionar el verdadero idioma de un poema, quizás él también era un barco en altamar, quizá también él navegaba entre la niebla de Nueva Inglaterra. Y es que solo podemos hablar de la noche, si hablamos de la partida de José Emilio Pacheco, solo un poeta como él abarca la naturaleza mística de la noche.

Todos tenemos un fuego eso es indiscutible y si en la primera parte de “Los elementos de la noche” el poeta dejaba atrás la influencia de Pound, fue en “El reposo del fuego” donde encontró una trascendencia musical en sus poemas, increíble y modesta. La modestia es particularmente necesaria cuando nos referimos a la belleza. Una mujer desnuda como un elemento del imaginario poético, se “le muestra a un solo hombre” tal y como diría León Felipe.

En este caso así fue, se le mostró a un solo hombre a José Emilio Pacheco. Al hombre que en sus relatos plasmó la concreción del asfalto citadino, la increíble y devastadora nostalgia de los campos humanos, la pérdida del primer amor. “El principio del placer” no es solamente un conglomerado de textos, es un universo paradójico que existe en la memoria de los lectores. No es otro simple libro de relatos, es un fragmento de la realidad transformada por la intención estética de un autor, que construye una historia que se queda en todas partes y escapa del papel.

Ni el Premio Cervantes ni otros muchos premios, lograron contener la capacidad lírica de José Emilio, su trabajo en las revistas literarias, su compromiso con la poesía. Todo poeta tiene solamente un deber y es con sus letras. Cuenta la leyenda -porque ya es leyenda- que tropezó con sus libros y de ahí partió al hospital. Eso dice la leyenda pero sus poemas dicen mucho más. Hoy es de noche en las letras mexicanas.

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27 enero, 2014
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