La llegada de los denominados “gobiernos progresistas” a diversos países de América Latina (AL) ha representado, desde la visión de diversos sectores, un giro de 360 grados en el continente, en donde las clases marginadas y excluidas por fin han tomado relevancia para los que dirigen las riendas de las naciones.
Asimismo, desde distintas perspectivas, los gobiernos democráticos-populares han representado una mejora importante en la calidad de vida en las regiones donde tienen presencia, lo cual significa poco más del 50% del total de la población latinoamericana.
Para el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, los últimos diez años han sido de transformación en América Latina, en donde diversas naciones han iniciado un camino de conquistas que poco a poco dejan a tras los estragos de las dictaduras militares y de una era neoliberal que desmontó a las naciones.
Al dar una conferencia en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Zócalo – invitado por la Brigada Para Leer en Libertad-, García Linera brindó su diagnóstico del panorama que hoy vive América Latina. Enfatizó que en los últimos 40 años esta región del mundo ha sido muy castigada, no obstante reiteró que la última década ha sido de victorias para los diversos pueblos latinoamericanos.
“En general hemos tenido una última década virtuosa. AL viene arrastrando una historia de casi 40 años de retroceso social, político y económico. Primero dictadores militares y luego dictadores económicos, para dar algún nombre a los neoliberales. En todo ese tiempo AL ha vivido un proceso de desindustrialización. Un proceso de sometimiento y articulación dependiente a los circuitos y flujos de la economía mundial; de pérdida de la soberanía, de los bienes comunes, privatización de recursos públicos; de aniquilamiento militar, armado, asesinato de toda una generación de políticos, intelectuales, de dirigentes sociales, de exilio de su gente. Es terrible. Si hay una región castigada durante la parte final del Siglo XX ese es AL.
“Pero resulta que el Siglo XXI se inicia de otra manera. El Siglo XXI se inicia en AL como un proceso diverso, no homogéneo, plural, de articulación primero social, política y gradualmente económica. En términos históricos es muy poco tiempo, apenas van 10 años, y en esos, en algunos países con mayor fuerza, en otros con menor, un conjunto de conquistas de las que no podemos menos que celebrar, felicitar que se haya avanzado tanto”, señaló.
García Linera sostuvo que en la última década, desde la llegada de gobiernos progresistas, ha habido una recomposición de lo social, luego de que “en tiempos de la dictadura, hubo destrucción de los sindicatos, asesinato de la intelectualidad, prohibición de la asociación, persecución de la juventud. En tiempos neoliberales: fragmentación del mundo laboral, desorganización de las estructuras sociales; buena parte de la gente si ya no perseguida y exiliada, migrada en busca de nuevas oportunidad a EEUU porque en sus países no había opción”.
Subrayó que en este lapso, ha existido un empoderamiento de la clase obrera en diversos países de AL. Además celebró que los sectores juveniles han tenido una mayor participación en los procesos de transformación.
“El primer gran logro en estos diez años lo ubicaría en esta rearticulación de lo social, de lo popular. No hemos regresado a los momentos heroicos del movimiento obrero pero hay un potenciamiento de una nueva condición obrera (…) En este sentido han emergido una (gran) cantidad de estructuras organizativas juveniles. La juventud como sujeto. En AL vemos una efervescencia de la asociatividad juvenil, para articularse en torno a la cultura, a la política, a distintos tipos de tópicos”, señaló.
En el caso particular de Bolivia puntualizó el surgimiento de las comunidades indígenas en la lucha nacional, en donde ha sido el articulador de la lucha de todos los sectores de aquel país.
“En algunos países como Bolivia, (observamos) la reemergencia de lo indígena, los campesino original. El caso de Bolivia (la participación de las comunidades indígenas) como una fuerza tal de convertirse en articulador, en el centro que jala a las otras fuerzas: a la fuerza juvenil, a la fuerza obrera, a la fuerza laboral, a la fuerza universitaria, de los maestros, del sector salud, todo en torno al núcleo indígena.
“Esto es algo virtuoso, es una reconstitución del tejido social latinoamericano que había sido martirizado de los años 60 y 70, fragmentado y destruido en los años 80 y 90. Eso es un primer logro, porque sobre una sociedad civil activa y articulada uno puede pensar en un horizonte, en un futuro, en un horizonte interior de revolución, un horizonte exterior de articulación regional y de articulación de iniciativas de varios países”, dijo.
La recuperación de los bienes públicos en AL
Para el vicepresidente boliviano, el segundo logró alcanzado en estos últimos diez años es la recuperación de los bienes públicos por parte de los gobiernos progresistas.
“Los años 80 y 90 para AL significó el desmontamiento de todo los bienes públicos estatales. Un poco lo que está viviendo acá, lo vivimos hace 20 o 25 años en AL. El estrangulamiento financiero a empresas públicas, luego que lo estrangulas y le sacas toda la plata decir que las empresas son ineficientes, que son inútiles, muy pesadas y luego entregar esos recursos al capital extranjero. Eso lo hicieron en Bolivia con los hidrocarburos, con el agua, con las líneas aéreas, los ferrocarriles. Estrangulan, critican y entregan, es una vieja receta que vivimos en AL. Eso en AL es un arcaísmo, quien hable de privatizar algo en AL lo mínimo que va a recibir como calificativo es decirle, dinosaurio, porque es algo que ya pasó y no sirvió”, expuso.
Detalló que en el caso boliviano, el gobierno de Evo Morales recuperó sectores estratégicos entregados al capital como los hidrocarburos la electricidad, las telecomunicaciones, del agua. Esta recuperación, subrayó, “ha permitido generar un aparto público denso, económicamente denso, portador del excedente económico de la sociedad y créanme, esto es decisivo”.
“Un Estado fuerte que controla excedente económico, esa es la base material de un Estado soberano. Qué clase de soberanía puede tener un país si para pagar tiene que ir a pedir un préstamo al FMI o al BM o un crédito puente al tesoro de EEUU, eso no es soberanía. Pues así era Bolivia antes, y varios países latinoamericanos. La recuperación de los recursos públicos por parte de los Estados, es la base material de la soberanía y a partir de eso, procesos de redistribución de la riqueza”, dijo.
La construcción de una gobernabilidad dual
De acuerdo a Álvaro García en varios países de América Latina se iniciado un proceso para “superar la vieja visión de la gobernabilidad”, en donde este elemento sólo se reduce pactos entre las cúpulas del poder, entre partidos y fracciones. Enfatizó que en la nueva cara de los países, se da un proceso de gobernabilidad dual, en donde no sólo se limita a los parlamentos, sino que hay una combinación entre las instituciones y la fuerza social.
“Una tercer conquista en AL es la construcción de regímenes de gobernabilidad política dual. Es decir, desde el Estado y por fuera del Estado, desde la sociedad, desde las calles. En AL en unos casos de una manera más obvia, en otros más limitada, estamos superando la vieja visión de la gobernabilidad, en donde sólo es pacto de partidos, sumatoria de fuerza para alcanzar “mayorías” simples, absolutas. En AL tenemos una nueva lógica de lo que es la mayoría: el hecho electoral evidentemente es importante, participación de la gente en la elección de sus autoridades, pero simultáneamente, en paralelo, acción colectiva, por fuera del Estado. Buena parte de los regímenes revolucionarios en AL han llegado al Estado por fuerza de la masa, en medio de sublevaciones, insurrecciones populares”, señaló.
En lo referente citó el caso de Bolivia, en donde aseguró que la estabilidad “no se mide por la fuerza en el parlamento, se mide por la capacidad de movilización simultánea de las calles, las comunidades, en las carreteras”.
“Entonces esto genera un tipo de gobernabilidad dual, desde el parlamento y desde las calles, desde el sistema de partidos políticos y desde el sistema de las estructuras de movilización social. Si tienes uno, tienes gobernabilidad parlamentaria pero pierdes en la sociedad, eres débil. Si sólo tienes gobernabilidad y presencia social, que no se traduce en presencia parlamentaria, tienes acción colectiva sin efecto Estatal que permita ampliar derechos, ampliar conquistas sociales que justamente se viabilizan vía Estado. Si tienes los dos, tienes la clave de la gobernabilidad estructural: mayoría parlamentaria, mayoría en sociedad movilizada”, expuso.
Reiteró que en Bolivia los sectores sociales son concebidos como factores de poder, y no sólo como resistencia. Dijo que los sectores sociales han convertido su capital de movilización en capacidad de acción electoral, y capacidad de decisión de Estado.
“Esto es el rejuvenecimiento de la democracia (…) La democracia fósil es la democracia de ‘en 6 años vamos a votar, luego que ellos decidan lo que pasa en el país’. Eso es democracia fósil, porque uno elige autoridades, pero las decisiones quedan en manos de unos cuantos y no, se debe tener participación electoral y acción colectiva para definir presupuestos, para definir si se privatiza algo, para definir si se invierte o no”, señaló.
Por lo anterior, el vicepresidente boliviano sostuvo que en varios países de AL se vive una transformación en diversos sectores.
“Entonces tenemos como victorias a la reconstitución del tejido social, la ampliación de los bienes comunes, la gobernabilidad dual o democracia rejuvenecida, lo que marca un escenario de un tipo nuevo de Estado. Ustedes están ante nuevos Estados y nuevo tejido social que habla de nueva sociedad. En síntesis: AL está viviendo un proceso de transformación de su economía, Estado y su sociedad o a la inversa, de su sociedad, su economía, y su Estado. Es una transformación en toda la línea”, dijo.