Óscar Balderas / @oscarbalmen
(09 de marzo, 2014).- Cecilia Romero, la nueva presidenta nacional del PAN en lo que se define si Gustavo Madero o Ernesto Cordero encabezarán al partido, tiene una larga historia de polémicas decisiones que han rayado en lo ilegal y lo antiético.
La primera mujer en la historia del blanquiazul en ser presidente del Comité Ejecutivo Nacional fue presidenta de la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem) de 1981 a 1985, una organización de corte conservador que pugna por la penalización del aborto. Gracias a Romero, la Ancifem participó en el III Congreso Internacional de la Familia en marzo de 2004, asesorado por Jesús Gómez Espejel, integrante del grupo ultraconservador El Yunque.
Su postura próvida causó un enfrentamiento con el secretario de Salud del gobierno de Vicente Fox, Julio Frenk, quien incluyó a la píldora del día siguiente en la “canasta básica de medicinas”. Lo acusó de promover el aborto y del asesinato de bebés.
Como subsecretaria de Asuntos Internacionales a nivel nacional del PAN, fue un enlace clave para contratar a Antonio Solá, el ideólogo de la campaña sucia en la campaña presidencial de 2006, cuando el izquierdista Andrés Manuel López Obrador iba a la cabeza en las encuestas.
También a ella se le atribuye la invitación a México al expresidente español José María Aznar para que hablara a favor del entonces candidato presidencial Felipe Calderón, lo que representó una violación a las leyes mexicanas, según el Instituto Federal Electoral.
Ha sido senadora en dos ocasiones – LVIII y LIX legislaturas – pero vía plurninominal; es decir, nadie voto por ella en aquellos dos escaños. Cuando quiso competir en las urnas por la delegación Coyoacán en 2006, fue derrotada por el perredista Heberto Castillo.
Al perder, la también suegra de César Nava – otro panista acusado de actos de corrupción durante su gestión como abogado general de Petróleos Mexicanos – fue invitada al equipo de transición de Felipe Calderón como responsable de llevar a buen puerto la ceremonia de transición de poderes entre Fox y su jefe.
En agradecimiento a su labor, Calderón la nombró titular del Instituto Nacional de Migración, durante su gestión, organismos internacionales como Amnistía Internacional, la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Internacional para las Migraciones, alertaron el incremento de violencia hacia los indocumentados.
También la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a través de la Quinta Visitaduría, alertó a Romero sobre la descomposición de la ley frente a los migrantes. Había un aumento de hasta 300 por ciento en los reportes de agresiones, extorsiones, secuestros y homicidios perpetrados por integrantes de grupos criminales contra los centroamericanos y mexicanos que buscaban llegar a Estados Unidos vía terrestre.
“Se han registrado un alarmante incremento de tráfico de personas en territorio mexicano para beneficiar a bandas de tratantes de personas, que usan indocumentadas e indocumentados con fines de explotación sexual, explotación laboral y esclavitud”, señaló un documento en el Senado de la República fechado en abril de 2010.
Pese a las alertas, Romero no reforzó suficientemente la vigilancia de rutas de indocumentados y en agosto de 2010 se originó “la masacre de San Fernando”: 72 migrantes – 58 hombres y 14 mujeres – fueron asesinados por la espalda por miembros de Los Zetas. Los cuerpos fueron apilados y colocados a la vista del pueblo del ejido El Huazichal, San Fernando, en Tamaulipas.
Aunque Romero aseguró que aquella matanza no fue su responsabilidad, el 14 de septiembre de 2010 renunció con el consentimiento de Calderón a su labor en el instituto nacional… pero se dedicó de lleno a las tareas del partido.
“No tengo por qué pedir disculpas, tengo que solidarizarme y llorar con los deudos”, aseguró Romero en una entrevista otorgada al diario Milenio. “Hay migrantes muertos, desaparecidos, inseguridad, corrupción y delincuencia”.
Ahora dirige a la tercera fuerza política nacional en el país y llevará las riendas por tres meses, hasta que la militancia decide si reelige en su puesto al exsenador chihuahuense, Gustavo Madero, o al exsenador cercano a Felipe Calderón, Ernesto Cordero.