En los últimos 20 años, China ha experimentado un notable avance en investigación y desarrollo de tecnologías verdes, consolidándose como líder mundial en este campo, según un estudio reciente del grupo de expertos alemán Bertelsmann Stiftung, citado por la prensa alemana.
El informe destaca que “en términos de dinámica de investigación, ningún otro país puede competir con el ritmo de China”, calificándola como el principal motor de crecimiento global en tecnologías sostenibles.
China ocupa actualmente el segundo lugar en el mundo en términos de patentes de clase mundial, que corresponden al 10% de las mejores patentes para una tecnología específica, solo por detrás de Estados Unidos. Desde 2017, el número de estas patentes chinas se ha triplicado, alcanzando las 37,000, mientras que países como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Unión Europea han visto disminuciones en sus respectivas cuotas.
En la mayoría de las categorías de investigación, China se encuentra entre los tres primeros lugares a nivel mundial. Particularmente, lidera la categoría de “Consumibles sostenibles y reciclaje”, donde ha duplicado su participación global en cinco años, alcanzando casi el 40%.
Desde 2006, las políticas gubernamentales chinas han promovido una economía circular que ha incrementado la productividad de los recursos y reducido la dependencia del crecimiento del PIB respecto al consumo de recursos. Entre las áreas más destacadas del avance chino se incluyen el tratamiento de agua potable, el reciclaje de baterías y pilas de combustible, y el reciclaje de materiales como cemento, plásticos, vidrio, papel, electrónicos y residuos de consumo.
El estudio también subraya la fortaleza de China en el campo de la producción eficiente, especialmente en áreas como la manufactura conectada (fábricas inteligentes), la eficiencia industrial en los sectores petroquímico y textil, y la agricultura digital, donde su desempeño es de gran relevancia.
La estrategia de China para liderar la innovación en tecnología verde es un claro ejemplo de su compromiso con el desarrollo sostenible y su capacidad para transformar desafíos ambientales en oportunidades de progreso.