Enrique Alvarado / @kikin_agz
(16 de abril, 2014).- México continúa como un sitio inseguro para las mujeres, y los 4 asesinatos de mujeres en los últimos cinco días en distintas partes de la república lo demuestran. Desde 2010, son varias las voces que claman el cese de los feminicidios y que se ejerza justicia contra las víctimas; la respuesta del gobierno no pasa de alertas y desde la perspectiva de Daniel Zapico, representante de Amnistía Internacional (AI), “parecen esforzarse en no actuar para prevenir y sancionar la violencia de género”.
En junio del 2013, un informe del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés), sentenció de manera fría que en el país diariamente morían seis mujeres, a causa de la violencia extrema ejercida.
Poco menos de un año antes, en noviembre de 2012, un estudio a nivel nacional señalaba los altos índices de asesinatos de mujeres por entidad federativa, y colocaba al estado de México del priista Eruviel Ávila Villegas, a la cabeza por encima de Chihuahua, Distrito Federal, Guerrero, Baja California, Jalisco, Michoacán y Veracruz, quienes en conjunto aglomeraban el 61 por ciento de los crímenes.
Crímenes sin distinción territorial
A pesar de que ya transcurrió más de un año, los hechos recientes parecieran corroborar los señalamientos, pues tan sólo el pasado viernes 11, en Ciudad Juárez, fue encontrado el cadáver de una joven ataviada con jeans azules y blusa negra, a la altura del kilómetro 30 de la carretera a Casas Grandes.
Minutos más tarde, en un terreno baldío se localizó otro cuerpo femenino detrás del mercado de Abastos, en la calle aeronáutica y la avenida Tecnológico. El cuerpo de la presunta estudiante de Conalep, pues portaba el uniforme escolar, tenía pies sin calzado y manos atados al momento del hallazgo.
Mientras tanto, ayer por la madrugada en la Ciudad de México, elementos de la policía capitalina reportaron el descubrimiento de los restos desnudos de Carol Itzel, menor de 17 años que fue abandonada en un terreno baldío de la colonia Campestre Potrero, en la delegación Iztapalapa.
El cadáver de Carol, madre de un niño de tres años, presentaba signos de estrangulación y golpes en la cara, que aunado a la ropa desgarrada supone una agresión sexual. Antes de perder la vida, la joven se paseó por la colonia donde habitaba con su novio y tres sujetos más, con quienes incluso compartió una cerveza, de acuerdo al relato de su prima.
A su vez, en Campeche, la Procuraduría General de Justicia estatal (PGJ) informó de la muerte de María Antonia López Hernández, quien perdió la vida en el interior de su hogar, situado en la colonia Minas de la capital. La mujer recibió ayuda de sus familiares, y fue llevada al Hospital General de Especialidades “Dr. Javier Buenfil Osorio”, sin embargo, al poco tiempo de haber ingresado murió.
De acuerdo con el reporte del Centro de Justicia para la Mujer, el feminicidio fue perpetrado por su propio marido, quien le quito la vida con un arma de fuego luego de discutir. Acto seguido huyó del lugar, aunque fue detenido horas más tarde por la Policía Estatal Preventiva y fue puesto a disposición de la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos Cometidos contra Mujeres.
Sintomático de América Latina
El estudio “La regulación del delito de Femicidio/Feminicidio en América Latina y el Caribe”, publicado el año pasado por la investigadora Ana Isabel Garita Vilchez, a petición de la Campaña del Secretario General ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres, estudia la tipificación de los delitos contra las mujeres en Costa Rica, Chile, El Salvador, México, Guatemala, Nicaragua, Perú, y señala de forma preocupante los la alta impunidad con que se desenvuelven quienes ejercen violencia contra las mujeres.
Entre las consideraciones de carácter legal, el análisis espera que la tipificación de los delitos no sólo apliquen verdaderas medidas de justicia, sino que desarrollen las condiciones necesarias para contener y prevenir nuevos delitos, con principios de igualdad real, sin discriminación y en apoyo a la ansiada paz social