Por Juan Espinoza Madrid
Morena vive un escenario complejo en Michoacán para la definición de su candidato a gobernador; de manera inaudita el partido que se autodenomina la “Esperanza de México”, se encuentra inmerso en una lucha intestina y llena de protestas.
La dirección nacional del partido guinda determinó utilizar las encuestas como método de selección de sus candidatos, de las cuales no solamente miden el nivel de popularidad, sino que Morena estila cruzar positivos y negativos, buscando el mejor escenario y el de menos señalamientos, tal y como sucedió en su momento con Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum.
En Michoacán, todo indica que Raúl Morón Orozco es en quien Morena encontró mejores condiciones entre su veintena de aspirantes, lo que ha ocasionado la furia de Cristóbal Arias Solís, quien a su estilo colérico ha despotricado y lanzado diatribas (sin mencionarlo por su nombre, pero si haciendo señalamiento de su apellido histórico) en contra de Lázaro Cárdenas Batel.
Arias con poca estrategia e inteligencia electoral acusa al ex gobernador de intervenir en el proceso de selección, de no representar una fuerza política mayoritaria, y de representar una minoría que le ha hecho daño a Michoacán, es decir, lo señala de ser el orquestador de la trama para que el Senador no llegue a ser el candidato.
A su añejo estilo, Cristóbal ha organizado protestas en Morelia y en la Ciudad de México como medida de presión a la dirigencia nacional de Morena a efecto de ser designado con calzador como el candidato, y es eso lo que ha detenido el anuncio del resultado de la encuesta.
Lo que no ha entendido Cristóbal y su equipo es que su candidatura no es competitiva y es de alto riesgo, tan solo el hecho de tener en contra a las feministas lo convierte en un blanco de ataque permanente con altas posibilidades de ir cayendo en las encuestas, aunado que equivocadamente envía de manera reiterada a su cónyuge a “aclarar” el hecho, pero únicamente empeora el escenario.
A lo anterior hay que sumarle la falta de estructura territorial, Cristóbal no cuenta con una estructura, y por andar con hostilidades con los que si la tienen (Lázaro, Godoy y Morón), sería un hecho que no le ayuden, por lo que la derrota del originario de Churumuco estaría cantada.
Para cerrar: no es la primera vez que lo digo, Cristóbal y su equipo son un riesgo para la pluralidad y la democracia en Michoacán, su intolerancia y la forma en la que responden a la adversidad es por demás colérica y puede ser una amenaza para las libertades de las y los michoacanos, actúan como actuaba el PRI en los ochentas y los noventas, precisamente cuando ese equipo cristobalista era la víctima.
