El salitre se levanta con el viento y forma las llamadas tolvaneras; las cuales terminan en los autos y casas de los pueblos cercanos y en los pulmones de sus habitantes. El segundo cuerpo de agua más grande México luce seco y desértico, solo en la parte oriente mantiene un espejo de agua bajo, escasamente un metro.
La temporada de lluvias del 2020 no logró recuperar al lago, ahora se encuentra en un 15% de su capacidad. Según las cifras en manos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Cuitzeo tiene una capacidad de 520 millones de metros cúbicos, de los cuales, hoy solo tiene 77.8 millones. No es ni la cuarta parte del total. En el 2019, la capacidad máxima fue de 214 millones de metros cúbicos, es decir, el 41.3%.
Para el Ingeniero Octavio Muñoz, Subdirector Técnico en CONAGUA, esto es: “Parte del ciclo de vida del lago” ya que según los estudios históricos, aproximadamente hay “10 años malos y 5 buenos (de lluvia); del 2018 hacia atrás fueron de lluvia buena, después empieza un eventual ciclo de poco almacenamiento, pero en 2019 no se notó porque venía de los ciclos buenos; van dos años consecutivos (de almacenamiento escaso) y ya se notan, tristemente. Pero es parte del ciclo de almacenamiento, no es una novedad”
Este lago se abastece principalmente del agua de lluvia, toda una red que forma lo que es la cuenca del Lago de Cuitzeo. Está dividido en dos partes por carreteras, una libre y otra de cuota. Cuando se circula sobre ellas se puede observar hacia el horizonte la nube de salitre que flota en el aire debido al viento.
Muñoz, recuerda los datos de este siglo, en referencia al registro de lluvia y de llenado: “El último buen año de excelente lluvia fue en el 2010, se llenó hasta el tope; también en 2003 y 2004 se llenó. Ya no se ha vuelto a presentar un año abundante que llene el lago”.
Lo que en años anteriores era un espejo de agua, ahora es un piso secó o algunos puntos fangosos, se puede meter el automóvil o, incluso, algunos pobladores corren y hacen ejercicio al caer la tarde. Los animales pasean libremente y se miran huellas de vacas que sacan a pastorear en algún momento del día.