Las autoridades mexicanas, un equipo de científicos y los habitantes del golfo de California tratan de salvar a la especie de marsopa más pequeña del mundo porque, si nada cambia, se podría extinguir en 2022, informa la BBC.
La principal amenaza para los alrededor de 60 ejemplares de vaquitas marsopa que sobreviven en las aguas del norte de México son las redes ‘fantasma’ de pesca que se emplean para atrapar un pez llamado totoaba, que se comercializa en el mercado negro de China.
Hace dos años, el Gobierno mexicano lanzó la Operación Milagro para prohibir el empleo de esos utensilios y la Marina comenzó a desplegar naves para detener la pesca furtiva. Además, desde julio vigila los drones para detectar posibles infracciones y entre el 10 de octubre y el 7 de diciembre el Ministerio de Medio Ambiente retiró 103 mallas perdidas o escondidas.
Medidas insuficientes
A pesar de estas medidas oficiales, la población de estos cetáceos ha disminuido: en 2012 había 200 y, dos años después, se redujo a menos de 100, de acuerdo con el Comité Internacional para Recuperar a la Vaquita (Cirva). Por este motivo, en 2017 esa organización lanzará un programa para capturar vaquitas y que puedan reproducirse en un área protegida. Si esta iniciativa tiene éxito, sería la primera vez que alguien captura vivo uno de esos ejemplares.
Sin embargo, esa iniciativa podría resultar contraproducente. Así, el director de la asociación ecologista World Wildlife Fund (WWF) en México, Omar Videl, estima que ese plan «no es deseable», ya que resultaría mejor que esos mamíferos vivieran en su hábitat natural con «los esfuerzos» y la colaboración de las instituciones, los pescadores y sus familias.
La vaquita marina, descrita desde el punto de vista científico en la década de los 50, mide 1,5 metros de largo y es una especie difícil de encontrar. Se la conoce como ‘el panda del mar’ por los anillos que tiene alrededor de los ojos, además de porque se encuentra en peligro de desaparecer.