Hector Wech/ @wech3_0
Morelia, Michoacán.- Robinson Salazar Pérez, especialista en temas de democracia, violencia, miedo y paramilitarismo en América Latina, advierte que hay una frontera porosa entre narcotráfico y grupos de autodefensa.
Y es que, advirtió que la intención no es rivalizar sino controlar territorios, y este es un elemento indispensable para el crimen organizado en el traslado de drogas, dinero, órganos, entre otras actividades de comercio ilícitas.
El estudioso de las ciencias sociales señala que en el país opera una estrategia de dominación a través de la denominada doctrina del shock, donde interviene EEUU con la venia del Estado mexicano para desinformar, promover la política del miedo y mantener un caos funcional al sistema capitalista mundial.
Los impactos del Tratado de Libre Comercio (TLC), el desempleo, el bajo crecimiento económico y una serie de procesos de desinstitucionalización en México, son elementos que dibujan un escenario de riesgo que tuvo que ser intervenido antes de explotar, principalmente a través del uso de militares en desastres naturales, los estallidos de guerra y las crisis económicas.
Salazar Pérez apunta que la guerra contra el narcotráfico fue la entrada triunfal de la estrategia de contención popular que describe, pues confiscó el espacio público a través del miedo como la principal herramienta para paralizar a la ciudadanía en una atmósfera que fragmenta el conglomerado social.
Al sembrar la angustia se configuró un escenario de riesgo donde surge la figura de un salvador que asegura la protección, aquí aparecen las autodefensas, grupos armados que blindan las propiedades y garantizan la vida.
En la perspectiva del investigador, las autodefensas michoacanas se insertan en experiencias como los Ronderos en Perú o las Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada para la autodefensa agraria en Colombia, país de donde proviene el General Oscar Naranjo, ex asesor de Peña Nieto en materia de seguridad.
Este personaje a decir del Dr. Salazar, fue tan cercano a la proliferación de las autodefensas que lo lleva afirmar “sin datos precisos, pero con un conocimiento de su trayectoria en Colombia”, que fue promotor estos grupos.
“No se puede descartar que muchos de los grupos de autodefensa fueron creados ex profeso para enturbiar el ambiente y distraer la atención, desinformar y crear miedo”, afirmó.
Se sabe que las autodefensas que hoy avanzan por territorios michoacanos son grupos que confrontan los abusos extorsionistas de los narcotraficantes, pero hay muchos cabos sueltos como el adiestramiento tan rápido en el manejo y desplazamiento territorial, el origen de su arsenal, el soporte logístico así como los lugares de seguridad que utilizan para atacar y defenderse.
El especialista invita a no pensar en insurrección y menos en empoderamiento pues no hay indicios de ese fenómeno, lo que hoy se observa es un desarreglo en la administración de recursos de guerra y el crecimiento desmedido del narcotráfico en colusión con cómplices activos al interior de los EEUU.
“Los narcotraficantes se desnaturalizaron y pasaron del trasiego de enervantes a la extorsión y control de rutas de comercio licito. Es importante desagregar esta granada para identificar quienes son, el sentido y orientación de cada grupo armado y no se nos presente como una geografía del caos que es parte de la estrategia de contención que los EE.UUU ha utilizado en Irak, Libia y Egipto, para los casos cercanos a nuestro país, lo que sucede en Honduras y Colombia”.
En cuanto al papel del Estado, el investigador revira que exista debilidad pues es un ente político más fuerte que en décadas anteriores, solo que no se orienta a dar certidumbre a la ciudadanía sino a dirigir la acción gubernamental a intereses más ligados al comercio global y garantizar la seguridad a las inversiones extranjeras.
Interrogado respecto al reciente acuerdo firmado entre grupos de autodefensa los gobiernos federal y estatal, el Dr. Robinson alerta sobre la institucionalización de grupos armados que nacieron la margen de la ley: “me parece un riesgo mayúsculo que puede terminar en un país militarizado por dos flancos, desde lo institucional y desde lo informal”.
Finalmente el especialista no ve un arreglo a través de esta estrategia pues hay una diversidad de intereses como los de narcotraficantes, propietarios de terrenos, comerciantes, comuneros, ciudadanos incorporados por la compra de sus servicios y las fuerzas policiales del orden.
“Me quedo con la duda de que sea el final feliz, me parece el inicio de una película de largometraje donde los brotes en otros estados de la república exijan un trato igual”, concluyó.