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Un informe de científicos alemanes, asegura que el sexo “en muy raras ocasiones” puede provocar un infarto, al tiempo de ratificar la idea que los pacientes que han sufrido esa patología pueden mantener relaciones normalmente luego de su recuperación.
El trabajo que aparece publicado en el Journal of the American College of Cardiology, cruzó datos estadísticos de 536 personas de entre 30 y 70 años, que habían sufrido un infarto y a los cuales se consultó sobre su vida sexual antes y después de esa crisis, en un rango de tiempo de hasta un año. Según la evaluación, quienes habían tenido sexo hasta una hora antes del ataque cardíaco, sumaban solamente el 0,7% del total, mientras que el 78% de los afectados había tenido relaciones más de un día antes del infarto.
“Según los datos recabados, parece muy improbable que la actividad sexual sea relevante a la hora de desencadenar un ataque cardíaco”, explicó el doctor Dietrich Rothenbacher, el investigador principal del trabajo, que se desempeña como profesor del Instituto de Epidemiología y Biometría Médica de la Universidad de Ulm, en Alemania.
La problemática de la vida posterior al infarto
El trabajo alcanzó además otro factor que vincula sexo e infartos: la vida sexual que pueden llevar los pacientes luego del colapso cardíaco y la escasa información que por lo general los médicos tratantes dan a quien la necesita.
“Menos de la mitad de los hombres y menos de un tercio de las mujeres reciben información de sus médicos sobre la actividad sexual después de un ataque al corazón. Es importante asegurar a los pacientes que no tienen que preocuparse y que pueden retomar su actividad sexual con normalidad”, explicó en esa línea Rothenbcher. Recordó en tal sentido que la actividad física que implica un acto sexual dentro de la media aceptada, es equivalente a dar un paseo a una marcha rápida pero sin correr, o a subir dos tramos de escaleras en un edificio.