(6 de agosto de 2014).- Si el Estado nicaragüense no adopta acciones inmediatas para detener la destrucción de la Reserva de la Biosfera Basawás, la mayor área forestal de Centroamérica y la tercera del mundo, más de 30 mil integrantes del pueblo mayagna que viven en la selva podrían desaparecer.
El presidente de la nación indígena mayagna, Arisio Genaro, recorrió más de 300 kilómetros desde su comunidad a Managua, para denunciar que el habitad que sirve de hogar a su pueblo desde hace siglos está siendo invadido y devastado por los mestizo originarios de las costas del Océano Pacífico y del Centro de Nicaragua.
En una nueva participación, frente a estudiantes universitarios de Managua, Genaro volvió a denunciar que el territorio ocupado ancestralmente está siendo destruido por los campesinos que insisten en extender la frontera agrícola invadiendo el área protegida con 21 kilómetros cuadrados de superficie total.
Como parte de las actividades para crear conciencia ambiental en la universidad de Managua, Genaro contó que en 1987 la zona núcleo de la actual Reserva de la Biosfera tenía una extensión de 1 millón 170 mil 210 hectáreas de bosques vírgenes y una población de 7 mil indígenas, más o menos.
Cuando la selva fue declarada Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera por la Organización de las Naciones Unidad para a Educación, la Ciencia y la Cultura, en 1997, esta contaba con más de 2 millones de hectáreas de especies forestales y bosques tropicales húmedos, tanto en su zona de amortiguamiento como en su zona núcleo.
Para 2010, con un pueblo de 25 mil personas aproximadamente, el bosque se había reducido hasta 832 mil 237 hectáreas. Según cifran que el jefe mayagna, la presencia de campesinos mestizos en sus dominios se calculaba en 5 mil colonos para 1990, y la cifra había ascendido a 40 mil en 2013.
La antropóloga Esther Melba McLean, del Centro de Investigaciones y Documentación de la Costa Atlántica de la Bluefields Indian and Caribbean University, ha señalado que de no frenarse la invasión mestiza y destrucción del bosque, tanto los mayangnas como las especies animales y vegetales de Bosawás podrían desaparecer en 2 décadas.
Para la antropóloga, “la destrucción del bosque implicaría más que el final de una etnia: [sería] el fin del sitio donde vive el 10 por ciento de la biodiversidad del mundo”, dijo a la agencia de noticias Tierramérica.
Un estudio publicado en 2012 por la Cooperación Internacional Alemana (GIZ, por sus siglas en alemán), la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos, la Unión Europea y la organización humanitaria Oxfam alertó que “se requerirán de 24.4 años para no tener bosques en Bosawás y de 13.3 años para no disponer de zona de amortiguamiento en la Reserva”, en caso de continuar con el ritmo de depredación actual.
A partir de las denuncias que interpusieron los indígenas mayagna, dijo el ambientalista Jaime Incer, el gobierno del presidente Daniel Ortega comenzó a ejecutar acciones contra la depredación, aunque no han sido suficientes.
De entre las acciones del presidente Ortega, se encuentran la creación de un batallón de más de 700 efectivos para proteger los bosques y reservas del país, así como la creación de una comisión de autoridades nacionales destinada a coordinar acciones y aplicar una política de cero tolerancias contra personas y organizaciones que devasten la selva.
Hasta el momento, informó el Coordinador Técnico de Bosawás del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales, Alberto Mercado, se han desalojados a familias de campesinos ubicadas en el núcleo de la Reserva y han llevado a juicio a personas dedicadas a traficar con las tierras de la selva.
La denuncia de los pueblos indígenas, mayagna y misquitos, ha trascendido hasta los foros de internacionales. El no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos también llevó la denuncia a la Organización de Estados Americanos (OEA) y esperan que el Estado y el gobierno garanticen el derecho de los mayagnas y de todos los pueblos indígenas del país a vivir en sus propios territorios y defenderlos del exterminio.