Pobladores del municipio de Madero, quienes están en contra de la extracción ilegal de agua de los ríos y presas de la zona para abastecer cultivos de aguacate y berries, se organizaron para llevar a cabo un operativo a fin de detectar bombas de agua que dejan sin el líquido a la población que se ubica en la parte baja de esa demarcación.
Luego de un exhaustivo recorrido de casi 5 kilómetros a pie para desactivar cuatro bombas que desviaban agua del Río Poruas hacia plantaciones de arándanos y zarzamoras, un grupo de habitantes que desde el año 2021 conformaron un Comité de Defensa del Medio Ambiente, continuaron su recorrido en la parte baja del municipio, donde se ubica una importante cantidad de huertas de aguacate con sus respectivos reservorios de agua.
En el trayecto a bordo de camionetas y patrullas de la Guardia Civil y la Policía Municipal, los habitantes, acompañados por autoridades municipales, detectaron que, mientras las comunidades padecen la falta de agua, los huertos del “oro verde” acaparan millones de litros en las llamadas ollas o cajas de agua.
Algunos de esos aljibes para riego, se encuentran cercados para evitar que comuneros ingresen a tomar el agua que carecen en sus viviendas. Con tristeza, observan desde afuera la enorme cantidad del líquido almacenado que en sus casas necesitan para regar sus pequeños huertos, hacer las labores de limpieza y alimentar a su ganado.
“Nos da coraje, tristeza, de ver que nosotros en nuestros domicilios no tenemos agua y la encontramos precisamente en estas ollas grandes, aquí es donde nos la retienen y que de cierta manera no la tenemos para tierras abajo. No tenemos agua para tomar, no la tenemos para los animales, menos para la agricultura. Esta olla -por ejemplo-, almacena aproximadamente unos tres millones de litros de agua”, expone Guillermo Saucedo Gamiño, Coordinador de los Comités de Defensa Ambiental de Madero, junto a una olla de riego encontrada a escasos metros de la presa hidroeléctrica de San Pedro.
El activista, que en diciembre de 2021 fue privado de la libertad por hombres armados y posteriormente liberado a salvo, señala que la presa de San Pedro, provee de energía eléctrica a las comunidades rurales de Madero, por lo que ahora “tenemos ya el problema de la energía, que a cada rato se nos está yendo la luz porque no hay agua para que trabajen las turbinas”, lamentó.
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Y es que, de acuerdo a expertos, en Madero hay cerca de 850 ollas de agua para riego irregulares, situación que dicen, debe ser investigada pues junto al desvío de agua de ríos, representa un grave delito.
“El código penal como hace ratito se dijo, creo que es el artículo 302, establece claramente que es cárcel de 6 meses hasta 9 años a quienes obstruyan los cauces de agua que alimentan a una población, pero además, todas las ollas son ilegales”, ahondó Julio Santoyo Guerrero, activista ambientalista.
Para el promotor de los derechos ambientales, esta situación puede provocar una confrontación entre productores de aguacate o frutillas y los habitantes en contra del saqueo de agua, pues “el gobierno no está, pero tenemos dos valores que queremos preservar: el agua y la paz. Esto puede ser motivo de un desaguisado terrible, por eso llamamos con frecuencia al gobierno a que entren, participen, actúen y hagan valer las leyes que ya existen”.
Ante el saqueo, los habitantes piden a las autoridades ambientales, en especial a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que tome cartas en el asunto, pues ellos como defensores están en riesgo.
“Por defender este árbol en el que estoy aquí, estamos corriendo un riesgo gravísimo de que acaben con nuestra vida, por andar protestando y exigiendo por la necesidad que tenemos, lo que al gobierno le corresponde”, expresó Francisco Gómez, habitante e integrante de la agrupación comunitaria.
El presidente municipal de Madero, Froylan Alcauter Ibarra, reconoció que los responsables de la extracción de agua no cuentan con los permisos para hacerlo, razón por la que instó a los propietarios de huertos a reunirse con los inconformes y las autoridades municipales el próximo 26 de abril para llegar a un acuerdo respecto a la distribución del agua.
Junto a la presa generadora de energía, la comitiva encontró una pesada bomba sumergible que abastecía a una huerta de aguacate; con la ayuda de diez hombres, fue extraída y entregada a los elementos policiales, bajo el resguardo del Ayuntamiento de Madero.
Con este “aseguramiento” se dio por culminada la jornada de desmantelamiento de bombas en el Río Porua, cuerpo de agua por el que antaño corría un abundante y cristalino caudal y que hoy, está invadido por bombas y mangueras que poco a poco lo están dejando sin vida.