Bebidas alcohólicas
Si eres una persona que bebe con mucha frecuencia puede generarte dependencia, intoxicación y consecuencias en tu dermis.
Ten en cuenta, que una persona que bebe a diario, hace que se resten dos años a la vida normal de su piel.
Fumar
El cigarrillo evita que tu piel “respire” adecuadamente. Por si eso fuera poco, fruncir los labios para aspirar el humo, aumenta las posibilidades de acentuar los pliegues de tu boca (sobre todo los de tu labio superior).
Comer dulces
El exceso de dulces es muy peligroso. Puede ocasionarte diabetes, aumento de peso, arrugas y acné.
El insomnio
Dormir mal está relacionado al envejecimiento prematuro de la dermis. El sueño es el encargado de estimular la producción de la hormona que ayuda a reducir y producir la renovación de colágeno, y si no lo respetas, tu piel sufrirá las consecuencias.
Adelgazar repentinamente
Las repentinas pérdidas de peso no son saludables. Se relacionan con un desorden alimenticio y algunas de sus consecuencias son: estrías y arrugas en la piel de tu cuerpo y rostro.
No desayunar
Si tu objetivo es lograr una piel radiante, debes tener en cuenta que el desayuno no solo es la primera comida del día, sino también la más importante y que nutre todo tu cuerpo, incluida tu piel.
Vivir con estrés
Las gesticulaciones exageradas que te causa el estrés, pueden relacionarse con la aparición de arrugas. Por si eso fuera poco, esta reacción fisiológica del organismo también puede producirte pérdida de cabello y canas.
No desmaquillarte por las noches
Dormir con maquillaje tapará tus poros, dañará la elastina de tu piel y ayudará a que pierdas más colágeno.