Mientras Rusia y EE.UU. buscan soluciones diplomáticas, Europa refuerza sus capacidades militares y adopta una postura beligerante.
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, acusó a los países europeos de abandonar los esfuerzos diplomáticos para centrarse en la militarización del continente. Según Peskov, esta tendencia convierte a Europa en un “partido de guerra”, alejándose de cualquier intento de alcanzar la paz en Ucrania.
“Las principales decisiones en Bruselas y otras capitales europeas se centran en reforzar las capacidades militares. Esto contradice los intentos de Rusia y EE.UU. por encontrar una solución pacífica al conflicto. Europa ya no parece interesada en la diplomacia, sino en prepararse para la guerra”, advirtió Peskov.
El Kremlin también denunció la falta de señales por parte de Bruselas para participar en un diálogo pacífico. A pesar de ello, Peskov expresó su esperanza de que las negociaciones entre Rusia y EE.UU. continúen, destacando que en la próxima ronda en Arabia Saudita se abordarán temas como la seguridad en el mar Negro.
A principios de marzo, Peskov había alertado sobre las posibles consecuencias de la militarización europea. “La Unión Europea está claramente en un camino de rearme y confrontación, viendo a Rusia como su principal enemigo. Esta postura nos obliga a tomar medidas de represalia para proteger nuestra seguridad”, afirmó el portavoz.
El discurso del Kremlin refleja una creciente preocupación ante el fortalecimiento militar de Europa. Mientras las tensiones aumentan, la perspectiva de una escalada bélica parece cada vez más inminente.