La contaminación por algas que presenta el lago de Zirahuén es un fenómeno “cíclico”, exacerbado por las altas temperaturas y donde la causa fundamente ante la actual proliferación es la generación de fosfatos que derivados de las descargas residuales, sirven de “alimento” a esta vegetación acuática.
Aludir a en cuanto tiempo se revertiría esta situación de contaminación, no es posible precisarlo con exactitud hasta en tanto no se tenga bien analizada la situación de riesgo que actualmente se presenta y en la que se inicien acciones colaterales como un mayor saneamiento de las aguas residuales, eliminar el uso de agroquímicos en la zona y sobre todo, contener el ilegal uso del suelo en la zona, donde han avanzado exponencialmente los cultivos de aguacate y de berries.
Este es el panorama que plantearon esta mañana, tanto funcionarios del gobierno estatal como investigadores de la Universidad Michoacana, al exponer la problemática que se vive en el vaso lacustre de Zirahuén, en la que dentro de “diez o veinte” días iniciará un proyecto “interdisciplinario”, según lo señaló Ricardo Luna, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Cambio Climático, quien ante pregunta expresa evadió precisar la extensión de daño generado desde hace varias semanas en la zona.
Según el investigador Alberto Gómez-Tagle lo que se ve en Zirahuén es un fenómeno “cíclico” relacionado con el aumento de temperaturas, en cianobacterias específicas en las algas en las que la presencia de fosfatos facilitan su crecimiento, como lo reporta un seguimiento establecido en una investigación propia desde el año 2013 a través de muestreos semestrales. Al indicar que la proliferación “algar” tampoco es algo “nuevo”, dijo que en 2015 se vivió una situación similar, pero la ocurrencia de una temperatura invernal hizo que la misma descendiera; otro caso fue en el 2016, donde una “tormenta invernal” generó el mismo efecto, de inhibir la proliferación.
En la ocurrencia del fenómeno en estos días, dijo que desde octubre del 2018 se detectó una alta descarga de fosfatos en la zona lacustre como consecuencia tanto del uso de agroquímico, como de las aguas residuales, sumadas a las altas temperaturas. En relación a si los grados de toxicidad alcanzados en el lugar y que se manifiestan tanto en el cambio de color del agua como la formación de “natas” en la superficie, tendrían un riesgo para quienes consuman pescados capturados en el lugar, el investigador señaló que hasta el momento “no tengo datos para decir si puede ocurrir o no… es posible”.
De acuerdo a los datos ofrecidos, en la cuenca habitan un promedio de 28 mil habitantes, con la operación insuficiente de una planta de tratamiento que no absorbe el cien por ciento las aguas residuales, que de acuerdo con Gómez-Tagle y el alcalde del municipio de Salvador Escalante, Jesús Lucas Ángel, requiere de otra planta, además de que el edil reconoció que “nos ha faltado coordinación” para atacar esta problemática en la que, anticipó, “se va a requerir de presupuesto”.
Cuestionado sobre pérdida de fauna o vegetación por el fenómeno de proliferación de algas, el investigador señaló que hasta el momento no hay evidencia de ello ni de daños a la pesca, así como tampoco de metales pesados o minerales de riesgo; de la limpieza en el corto o mediano plazo de la zona lacustre, dijo que dependerá de las acciones que se apliquen para erradicarlas, ya que los fosfatos presentes son la causa fundamental de la expansión que se vive en la zona lacustre, aunque consideró que los efectos no se verán en lo inmediato sino hasta pasado un lapso de cien días, e incluso previó que el vaso “se va a poner un poco más verde”.
Patricia Alarcón Chaires, por su parte, integrante del Consejo Consultivo para el Cambio Climático, destacó que a la par de medidas que contrarresten la contaminación en Zirahuén, se deben considerar en los riesgos a evaluar el impacto poblacional en sus efectos sociales y económicos, aspecto en el que Ricardo Luna planteó que se ha pedido apoyo a la federación para contener el cambio ilegal de uso del suelo, fenómeno ante el que señaló se han aplicado de parte del gobierno estatal 13 operativos para contener la expansión de huertas aguacateras, al igual que se estableció un proyecto de reconversión de cultivos hasta en un 30 por ciento con apoyos de siete mil pesos por hectárea, a la par de regular uso de pesticidas.