Claudia Rodríguez
La fragilidad en casi todos los terrenos que ahora experimenta Petróleos Mexicanos (Pemex), es de manera metafórica, igual a la de un enfermo terminal, al que se le auxilia de la mayor forma médica y humanamente posible con sus adyacentes elevados costos económicos, pero que al final lo que le afecta, no le permitirá ganar la batalla ante el inminente deceso, y lo más penoso es que todos quienes cooperan en esta tarea, saben del desenlace inequívoco.
Cuando apenas en estos días de manera conjunta el titular de Hacienda, Luis Videgaray Caso y el director general de Pemex, José Antonio González Anaya se reunieron frente a banqueros, inversionistas, tenedores de deuda, analistas, y las empresas calificadoras Standard & Poors, Moodys y Fitch para presentar el estado actual de la petrolera en cuestión y su panorama futuro, se señaló que Pemex es una empresa solvente y con un futuro promisorio, sobre todo gracias a la reforma energética.
Es así como Videgaray y González Anaya advirtieron que Pemex no está en agonía, sino en reestructuración y abierta a los inversores extranjeros; además de que la inyección de capital por casi 75 mil millones de pesos desde Hacienda, le permitirá a la empresa mexicana, reducir necesidad de financiamiento.
Pero González Anaya sin Videgaray al lado, tiene otra tarea y es la búsqueda apremiante de socios para que Pemex no fenezca antes que presumir las fortalezas de la empresa.
El director general de la petrolera mexicana, advirtió este mismo lunes en entrevista en Londres al Financial Times, que los resultados de Pemex a presentar la próxima semana serán peores a los del último trimestre del 2015 y que sinceramente no cree que el rescate temporal en efectivo que aportó Hacienda sea suficiente, y ahora desde Nueva York, González reconoce la gravedad de la situación financiera de Pemex y clama por asociados al advertir: “Si Pemex no ha encontrado socios para el próximo año, vamos a estar en un problema grave”.
Para rematar, la explosión en la planta de Pajaritos en Veracruz, demuestra que Pemex con todo y socios, tiene también grandes problemas.
En Pajaritos, Mexichem opera en asociación con la petrolera y hoy, tras la explosión que este miércoles 20 de abril se reportó en la planta, los títulos accionarios de la asociada a Pemex, cayeron hasta un 5 por ciento.