César Vázquez / @LetraMia
Coanajillo, Michoacán.-Localizada a menos de siete kilómetros de distancia del periférico de la capital michoacana se localiza la tenencia de Coanajillo, catalogada por las autoridades municipales como una comunidad rural, pese a que cada día está más asediada por los nuevos fraccionamientos en constante crecimiento.
Allí sólo existe una primaria para todos los niños del lugar, los cuales la recordarán siempre como la escuela de las infecciones y los murciélagos.
Su edificio tiene años de haber sido construido, las paredes se encuentran totalmente inclinadas, cualquier autoridad experta en riesgos podría decir que en una ventisca, un leve sismo o una tormenta, el adobe puede aplastar a los niños.
Allí mismo, en esas aulas de adobe, se anidan desde alacranes, arañas y hasta murciélagos, los niños toman clases sabiendo que el guano o estiércol de murciélago está todo el tiempo volando en el ambiente.
Incluso, para dignificar un poco la situación, los padres de familia y maestros buscaron poner lonas adentro del salón de clases, entre los niños y el techo, como una alternativa para evitar que las heces de los animales sigan cayendo en el sitio.
Aun así los riesgos de salubridad no se pueden evitar, con cada lluvia las goteras hacia el interior provocan que las lonas sirvan como un enorme recipiente para almacenar el agua que arrastra las heces de los murciélagos formando una especie de caldo de coacervados.
“Tenemos un niño con asma que ya no puede asistir a la escuela, no sabemos si su enfermedad fue a raíz de la presencia de los murciélagos, o sólo se complicó por el polvo de las heces que se esparcen con el aire”, explicó la directora Esther Berra Calderón.
La escuela primaria lleva el nombre de Miguel Hidalgo, atiende a un promedio de 100 alumnos en todos los grados, la mitad de ellos asignados tres viejas aulas de adobe totalmente insalubres.
Los mismos alumnos y maestros prefieren salir a tomar clases al aire libre, pero sólo cuando el clima lo permite, pero en periodos como este, cuando la lluvia se hace presente, aún bajo todos los riesgos de derrumbe e insalubres, deben meterse a tomar clase prácticamente bajo los nidos de los murciélagos.
¿Dónde se quedó el dinero?
En las mimas condiciones se encuentra la cocina para repartir el alimento a los niños, esta última se distingue del resto de la construcción por estar pintada de blanco y tener un escudo del Ayuntamiento de Morelia pintado en todo lo alto de la pared.
Desde hace dos años las autoridades federales, estatales y municipales se comprometieron en dar todo el apoyo necesario para dignificar la escuela, incluso por escrito se les ha comprometido el apoyo, que nunca llega, a pesar de que se han etiquetado recursos para su rehabilitación.
“La escuela tiene ya dos ciclos que entró al sistema de Tiempo Completo, nos prometieron que en este programa se ayudaría a rehabilitar todos los espacios y poco a poco mejorarían las construcciones; el año pasado nos etiquetaron 90 mil pesos en este programa, y a pesar de que nos informaron por escrito, el dinero nunca llegó; este año ya nos etiquetaron otros 90 mil pesos, los que seguimos esperando”, refirió la directora Esther Becerra Calderón.
Aseguró que en un acercamiento que tuvieron con las autoridades municipales, pidieron que les apoyaran para construir aulas alternas, y nuevamente les prometieron la ayuda, pero sólo llegó a eso, a promesas.
Incluso la directora mostró un documento donde le recuerda al ex presidente Wilfrido Lázaro que en la tenencia de Coanajillo hay una escuela primaria que urgentemente requiere asistencia, pero las peticiones nunca han sido atendidas.
A la institución también arribó el regidor Jorge Molina, quien se presentó como funcionario municipal cuando ya era suspirante a candidato por el PRI, “trajo cobijas para la gente, que nadie se vio por mal atendido, pero le pedimos expresamente que nos ayudara con las aulas que tienen problemas, y al igual que todas las autoridades, nos prometió la ayuda pero ya nunca volvió.
El resto de la escuela no tiene condiciones mejores, las losas están en completa humedad e incluso el yeso comienza a caerse.
Los tinacos que tiene la institución son de asbesto, insalubres para una región donde el agua extraída de un pozo no es previamente potabilizada, además los tinacos están rotos, lo que provoca que el agua que cae de ellos sea completamente insalubre, la alternativa, expuso la directora es llevar gel antibacterial para los niños.
Para las tazas de los baños, optaron por poner una cubeta con agua en el lugar donde debería estar el tanque de la taza, así cada vez que se usa manualmente se vacía el agua y los niños deben volver a llenar la cubeta con agua de la llave.
“Es una escuela olvidada, las autoridades municipales no nos apoyan en nada, la Secretaria de Educación dice que sí nos dan apoyo y han etiquetado recursos, lo han puesto por escrito, sabemos que se destina dinero a esta institución, pero no sabemos en dónde se queda ese dinero”, aseguró la directora.