Morelia, Michoacán. “De la vieja a la nueva justicia indígena es una obra que sigue dando luz al sendero que hemos decidido, por necesidad, abrirnos en las comunidades”, no dudó en señalar, Pedro Chávez, integrante del Concejo Mayor de Cherán, respecto al texto escrito por el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Orlando Aragón Andrade.
Lo anterior, en el marco de su participación en el evento de presentación del libro “De la vieja a la nueva justicia indígena”, realizado en las instalaciones del Centro Cultural Universitario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
El integrante del Concejo Mayor aclara que el libro no habla del proceso de búsqueda de autonomía de Cherán, sino de cómo se vienen dando la justicia en las comunidades originarias, es justo esta revisión de la realidad -que abarca un periodo de análisis de 2007 a 2010, precisamente un año antes de que estallara el movimiento de los cheranenses- lo que ha permitido trazar un camino para las acciones que emprendieron en esta comunidad y en aquellas que ya han iniciado la búsqueda de la autonomía, la autodeterminación y el autogobierno.
Orlando Aragón, autor del libro y asesor legal de las comunidades indígenas de Cherán y Pichátaro, destacó que la importancia del texto en términos académicos “es que viene a cubrir un vacío en el tema de las justicias indígenas y las formas en la que las comunidades imparten justicia”.
El autor subraya que antes de este libro no existía un texto que, como tal, abordara el tema de la impartición de justicia en las comunidades, por lo que existía un desconocimiento total en la academia sobre este tipo de investigaciones.
Señala que lo que hace en el texto es analizar cómo han cambiado las justicias indígenas en Michoacán a partir de todas las “políticas de reconocimiento que son consideradas como multiculturales, para ver si efectivamente estas reformas y estas políticas han abonado a una mayor autonomía de las comunidades”.
Lo que encontró, indica, es justamente que ninguna de estas reformas cumplió con su cometido inicial y que por lo tanto sigue habiendo una deuda importante con las comunidades.
Es justamente esta deuda histórica con el reconocimiento de las comunidades y sus formas de organización lo que para Aragón Andrade explica, en buena medida, el surgimiento de fenómenos como las rondas y las guardias comunitarias.
“La reforma de justicia para las comunidades indígenas no tuvo eficacia, las comunidades no se sintieron representadas, no se reconoció el derecho a la libre determinación y entonces ante el fracaso de ese intento es que surgen después las rondas comunitarias y otras formas de impartición de justicia, ahora sí comunitarias, vinculadas a las asambleas y a las formas de control político de las comunidades”.
Apunta que, con esta investigación se puede mostrar que lo que se ha generado en Michoacán, con todas las reformas que en el discurso prometían la inclusión de las poblaciones indígenas, es en realidad más burocracia indígena.
“Se crea una Secretaría de Pueblos Indígenas, una Universidad Intercultural, una Comisión de Asuntos Indígenas en el Congreso, pero que no representan a las comunidades. Y lo que interesaba en este trabajo era estudiar ese proceso para ver cómo había afectado y que había ocurrido en este periodo con las formas de impartición de justicia”.
Al cuestionársele sobre como ayudo esta investigación a los posteriores litigios, que en conjunto con los integrantes del Colectivo Emancipaciones han llevado a cabo para buscar el reconocimiento de la autonomía de las comunidades, responde: “Yo creo que permite diferenciar políticamente la diversidad cultural y la diversidad jurídica. Por un lado, tenemos un discurso muy celebratorio de la diversidad cultural, pareciera que ser diverso es en sí mismo bueno y eso no necesariamente es así, ya que existe una visión muy mercantilizada de la diversidad y este texto centra su foco en ver que de la diversidad cultural puede servir a los intereses de los poderosos y que de esta diversidad jurídica y cultural también puede servir para procesos de autonomía, de libre determinación y de emancipación.
Agrega que, por lo tanto, observó que hay ciertos elementos de las justicias indígenas que en la práctica pueden contrarrestar ciertas formas de discriminación.
“Eso fue lo que hicimos al fusionar ese conocimiento general ya aplicado a las prácticas de Cherán con el derecho internacional y el derecho estatal. Entonces, el proceso de Cherán y lo que viene después es deudora de esta investigación en el sentido de que permitió la creación de mapas cognitivos, de formas de justicia híbrida indígena-estatal, que permitan pensar la construcción de sociedades distintas, de proceso de autonomía y de lucha”.
Es de señalar que, hasta el momento “De la vieja a la nueva justicia indígena” ha ganado tres premios: el primero en su fase de investigación como proyecto de doctorado, cuando ganó el premio del Bicentenario de la Independencia y del Centenario la Revolución que organizó la Suprema Corte de Justicia y el Senado de la República; después ganó un premio, en mención honorífica, de parte la Catedra Interinstitucional Arturo Warman y finalmente obtuvo el reconocimiento como la mejor tesis del Doctorado en Antropología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).