Waldemar Aguado / @Walo3_0
En Estados Unidos, una ley que pretende terminar con la neutralidad de la red, podrá anular la libertad de expresión. En México, podría adoptarse y “mexicanizarse” esta acción y, junto con la Ley de Telecomunicaciones, terminar con el internet libre.
El internet que tenemos ahora es, hasta cierto punto, neutral, cualquier persona puede crear su sitio web, ya sea para dar a conocer su trabajo, informar, vender productos o simplemente para expresar libremente tus ideas; en pocas palabras el internet, hasta hoy, es libre.
En los Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC pro sus siglas en inglés) promueve una ley para “Proteger y Promover un Internet Abierto”, que en realidad trata de dividir el internet en “líneas rápidas” y “líneas lentas”.
Cada sitio web o empresa que requiera del internet para llegar a sus usuarios deberá pagar para poder usar la línea rápida; y las empresas pequeñas que no puedan costear este pago, deberán usar la línea lenta.
Por ejemplo, si Amazon paga la tarifa y Netflix no lo hace, la transmisión de video funcionará más rápidamente en el servicio de video de Amazon que en el de Netflix.
Es como si el internet se convirtiera en un servicio más parecido al de televisión, en el que sólo proporcionan ciertos canales y se debe pagar más para poder ver más canales; o como si la Comisión Federal de Electricidad te permitiera únicamente cargar celulares o conectar pantallas sólo de algunas marcas, y estas marcas pagaran para poder cargar rápido sus dispositivos.
Este es un tema polémico actualmente en los Estados Unidos. El sitio ideas.ted.com realizó una entrevista a Clay Shirky, que observa y escribe sobre tecnología.
Shirky explica que “la línea lenta significa que el servicio de banda ancha ya no garantizará el acceso equitativo a todo el contenido que hay en internet. Esto significa que la gente a la que pagas por la conexión a internet, decide que servicios obtienes rápidamente y qué servicios obtendrás más lentamente. Además, podrán cobrar a los sitios a los que tú tratas de acceder, aunque tú ya hayas pagado inicialmente por la conexión”.
En otras palabras, las compañías de telecomunicaciones no sólo cobrarán a los clientes, sino a las compañías que tengan sitios web. Como consecuencia la población tendría accesos a distintas velocidades dependiendo de la página web que se visite.
A pesar de que la FCC dice que esta es una cuestión técnica para mejorar el flujo en los “tubos” por los que pasan los datos para llegar a todo el mundo, en realidad es una decisión política, para beneficiar aún más a las grandes empresas de telecomunicaciones.
Esto constituye una alarma ya que de ser autorizada esta regulación en los Estados Unidos, otros países podrían seguir el ejemplo y comenzar a adoptar estas medidas, incluido México. De ser así, aunada a la Ley Telecom, podría ser el fin del internet libre y de la libertad de expresión en la web en este país y en muchos otros.
Actualmente la FCC está en un periodo de consulta al público en general, en el que cualquiera puede expresar su opinión sobre esta ley.