La palabra ninfomanía surge de la fusión de 2 términos, Ninfa, que se refiere a unas antiguas deidades femeninas de la mitología griega que estaban asociadas a las aguas, los bosques y la naturaleza en general, y manía, que se entiende como una ocupación o preocupación excesiva por algo.
Actualmente la palabra ninfómana se define como un trastorno psicológico que provoca en las mujeres que lo padecen un deseo incontrolable por el sexo.
Algunos científicos dicen que hay una estrecha relación entre la demencia y la hipersexualidad. Incluso están buscando vínculos entre la bipolaridad y la adicción al sexo. En hombres el término es “Satiriasis“.
Aunque no está claro del todo qué causa esta alteración del comportamiento, se conoce que algunos trastornos bipolares, problemas de salud mental, el alcoholismo y otras drogas como los opiáceos pueden contribuir a la aparición de desinhibiciones sociales en la personas asociadas con esta conducta.
Sin contar que se han estudiando posibles causas en el desequilibrio de algunas sustancias químicas que actúan en el cerebro como la serotonina o la dopamina; alteraciones en los niveles de las hormonas sexuales como los andrógenos; cambios en las vías cerebrales que permiten la intercomunicación entre las neuronas, o enfermedades como la esclerosis múltiple, la demencia, entre otras.
Y hay estudios médicos que también asocian esta conducta a una violación, ya que algunas mujeres que en algún momento de la vida sufrieron un ataque sexual intentan con este comportamiento hipersexual recuperar el poder que tienen sobre su cuerpo.
Antiguamente esta patología se “curaba” con cosas drásticas e inhumanas que iban desde quitar el clítoris y los ovarios, hasta bañarlas con agua helada o dormirlas con medicamentos en exceso.
La terapeuta estadounidense Kelly McDaniel asegura que las mujeres que tienen este trastorno disfrutan menos, ya que lo practican tanto que se convierte en algo muy cotidiano.
En nuestros días la forma de tratar esta enfermedad es muy variante, ya que después del reconocimiento médico del trastorno, se pueden aplicar sesiones de psicoterapia como la terapia cognitivo-conductual, la terapia sexual, la terapia familiar en el caso de que la familia se vea afectada por la conducta de la persona, entre otras.
En otros casos puede ser necesario combatirla con antidepresivos, estabilizadores del humor como el litio, tratamientos hormonales, etc. En todo caso, el apoyo de los familiares, amigos y personal vinculado al tratamiento es fundamental para que la persona se sienta apoya en todo momento.
Con información de Eme de Mujer