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María de Jesús víctima del 15-S y el logro de ponerse de pie

“Es un logro para mi ponerme de pie”, señala María de Jesús Vázquez Silva, mujer que sobrepasa los 50 años y que lleva una década lidiando con los estragos que le dejó los atentados con granadas que la noche del 15 de septiembre de 2008 se perpetraron en Morelia.

Hoy María de Jesús se observa distinta, quizá se deba a que ya puede caminar, la prótesis en la pierna izquierda que le fue amputada no le genera tanto dolor y afectación como las dos que tuvo antaño.

Además ella hoy, ha tomado la cabeza en las acciones que realiza el grupo de las víctimas del llamado 15-S en su peregrinar por ser atendidos, porque las secuelas que padecen físicas y psicológicas son de por vida.

Este miércoles el Congreso local aprobó incremento en sus pensiones a once de las 51 víctimas a las que se les otorga por diferentes hechos de violencia en Michoacán a través de los decretos legislativos 201 de mayo del 2010, y 351 del 2011.

Dice ella que los incrementos son para quienes tenían muy baja pensión, y que es un primer paso, porque aún se requieren incrementos a las otras víctimas y lograr que otras 19 a las que jamás se les pensionó sean sujetas de este apoyo.

Enfermera de profesión y madre de cuatro niños, María de Jesús trabajaba en 2008 en dos clínicas, un asilo de ancianos y alguna que otra “chamba” eventual”. Su esposo era repartidor de una empresa privada y a sus entonces 45 años de edad, no tenía preocupaciones económicas ni le temía al trabajo físico.

La noche del 15 de septiembre de 2008 le cambió la vida junto con su familia, luego que las esquirlas ardientes de una de las granadas de fragmentación penetraron su cuerpo, particularmente su pierna izquierda.

Rebasados esa noche los servicios hospitalarios en Morelia, la consigna en el Seguro Social era salvar vidas y no miembros, por lo que la regla aplicada para todo aquél que llegaba herido por los atentados era la amputación.

Pero María de Jesús no se dejó, ella era enfermera y consideraba que su pierna podía salvarse, por lo que pidió ser trasladada a un hospital privado en el que había trabajado. Durante cuatro años estuvo en pie de lucha por salvar su pierna, pero la falta de recursos para tener un seguimiento médico adecuado derivaron que, hace tres años le fuera amputada la pierna.

Todavía en septiembre pasado a María de Jesús se le veía muy enojada en las movilizaciones que realizaba con sus compañeros, cansada de promesas y compromisos repetidos de autoridades en turno, pero ponerse en pie le devolvió el coraje.

Y así como María de Jesús se acompañan en las subidas y bajadas quienes son víctimas del 15-S.

“Está Rafael Bucio que está muy deprimido, no se quiere ya ni levantar de la cama, le dijeron que le tienen que poner un aparato en el brazo para que no se lo quiten, es muy pesado porque no es fácil perder a las esposa y que le hayan amputado la pierna.

“Todos hemos estado en algún momento muy afectados, por eso tenemos que estar juntos, porque si no nos quedaríamos solos”.

30 mayo, 2018
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