Un banco de neblina de posicionó sobre la capital michoacana, dejando las calles con una bruma durante gran parte de la mañana. Edificios altos como la Catedral solo “pintaban” una silueta y en avenidas concurridas y largas como Camelinas y Ventura Puente se podía observar el fenómenos a lo lejos. Arriba del banco de neblina, solo los cerros como el Quinceo se asomaban arriba del “colchón” de nubes.
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