Ni el luto ni la cuarentena por la crisis sanitaria aplicaron en el Congreso local, en donde los trabajadores del finado diputado Erik Juárez Blanquet fueron despedidos, con lo que quedan en la calle y sin su fuente laboral en plena crisis por el Covid-19.
Cabe apuntar que el legislador Juárez Blanquet fue asesinado el pasado diez de marzo en Morelia, cuando se dirigía a la última sesión ordinaria de Pleno celebrada por la actual Legislatura desde entonces.
No había transcurrido ni una semana del deceso del legislador cuando los diputados ya sostenían reuniones para repartirse los espacios del legislador.
Finalmente se dio el primer paso despidiendo al personal que trabajaba para Juárez Blanquet pese a que su suplente no ha rendido siquiera protesta al cargo.
Por instrucciones de la Junta de Coordinación Política, el personal del legislador fue dado de baja a la semana siguiente de su muerte, salvo aquellos sindicalizados que tenía adscritos. Al resto sólo se les pagó la quincena correspondiente al 15 de marzo, pero ya no la del día 30.
En total eran 15 el personal con el que contaba Juárez Blanquet, un asesor “A”, dos asesores, tres archivistas, un jefe de sección, un recepcionista, una secretaria de departamento, un secretario técnico de comisión, y un supervisor.