La misión de Naciones Unidas confirmó este lunes que se completó la tercera fase de dejación de armas de la guerrilla.
La Misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) confirmó este lunes la recepción de las armas entregadas por la guerrilla en Colombia.
En un comunicado publicado en su página web, se indicó que en la tercera fase de dejación han recolectado 7.137 armas, salvo las que, de acuerdo a lo pactado, permenecerán en las 26 zonas veredales de normalización para salvarguardar los campamentos.
Según se tenía estimado, la guerrilla más antigua del continente debía entregar unas 7.000 armas y alrededor de 900 «caletas» o escondites. La ONU confirmó que han verificado la existencia de 77 de esos búnkers con armamento, de los cuales fueron destruidas «las municiones, explosivos y armamento inestable».
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) viven sus últimos días como movimiento armado. El arsenal que acumularon durante más de medio siglo de lucha en el monte ha sido entregado a una comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en un proceso que inició a mediado de este mes.
Para el presidente Juan Manuel Santos, el hecho marca una escisión en la historia del único país suramericano que estaba en guerra: «la paz es cambiar las balas por los votos, las armas por los argumentos, la violencia por la democracia», dijo el viernes en Francia.
El riguroso proceso de verificación ha sido supervisado por una misión de 520 personas, provenientes de 19 países, que por primera vez en la historia de Colombia seguirán de cerca el desarme, refiere El Tiempo.
Acabo de arribar a Mesetas, se siente gran emoción y mucha expectativa.#DeLasArmasALasPalabras pic.twitter.com/3IgAdo5ZzX
— Rodrigo Londoño (@TimoFARC) 26 de junio de 2017
La semana pasada, el secretario general adjunto de Asuntos Políticos de Naciones Unidas (ONU), Jeffrey Feltman, destacó que uno de los aspectos que diferencia este proceso de otros vividos en el mundo es que la dejación no ha sido simbólica. Las armas entregadas no son viejas, oxidadas ni obsoletas, sino más bien sofisticadas: «Eso me permitió hacerme una idea más completa del proceso y de la seriedad que tiene».
El destino final de ese arsenal será convertirse en tres monumentos, uno quedará en Colombia; el otro irá a la capital de Cuba; y el tercero, a Nueva York, en EE.UU.