Política


Oportunidades: el fracaso del asistencialismo social en México

Alejandro Baltazar/ @Doncaracol3_0

Morelia, Michoacán.- El Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, desde su creación, hace 15 años ha tenido una inversión de 492 mil 200 millones de pesos, con la finalidad de asistir en la educación y alimentación del sector más vulnerable del país.

Con ese presupuesto que se le ha destinado al Programa, sería posible otorgar 43 mil pesos cada una de las 11 millones 500 mil personas que actualmente se encuentran en condición de pobreza extrema.

Abatir la pobreza, romper el ciclo generacional de la misma y propiciar el desarrollo son objetivos que desde varias administraciones federales se han señalado para intentar ubicar al Programa como la estrella de la asistencia social.

Actualmente Oportunidades atiende a 6.2 millones de familias a diferencia de las 300 familias que atendió en 1997, el año de su creación, lo que significa que en el 2013 24 millones de mexicanos, aproximadamente, han sido atendidos, es decir, el 21 por ciento de la población.

Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), uno de cada dos mexicanos se encuentra en la pobreza, dato contrastante al aumento del 2 mil por ciento del padrón de beneficiarios del Programa Oportunidades.

A la par, aumenta la pobreza y aumentan los afiliados al programa que no ha significado un acotamiento o desacelerador al crecimiento de la pobreza, y prueba de ello es que en los últimos 30 años el número de mexicanos que no pueden comprar una canasta básica creció en un 70 por ciento, de 31 millones en el año 1970 a 53 millones para el año 2012.

Presentado como un programa ambicioso, de verdadera transformación social, el Programa Oportunidades no ha cumplido con sus objetivos y metas, siendo señalado en distintas entidades federativas como un programa al servicio electoral y a una asistencia social de supervivencia.

De cada diez becarios de Oportunidades que logran terminar la educación secundaria, seis abandonan los estudios e ingresas al amplio campo de la informalidad laboral, tres logran ingresar a educación media superior y uno opta por la migración.

Para David Lozano, profesor e investigador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, el Programa Oportunidades es un “paracetamol para un enfermo que necesita penicilina”.

Y es que para el investigador, la solución, como ya se ha señalado, se encuentra en la generación de fuentes de empleo formal, no en mantener apoyos que en muchos casos alcanzar para mal vivir pero que, estas ayudas, son un gasto mucho menor al de un programa real de generación de empleo.

Más barato que generar empleo

Para crear un trabajo formal en México se necesitan 188 mil 680 pesos de inversión, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), lo que se traduce a 2 millones y medio de pesos anuales aproximadamente. Por lo que México es el país 28 en un ranking de 46 naciones, en tanto costo de generación de empleo, hecho por la propia IMCO.

Por eso, el dinero invertido en el Programa Oportunidades representaría 205 mil empleos formales, lo que apenas emplearía al dos por ciento de los habitantes en extrema pobreza en México, que es de 11 millones y medio de personas.

Para cada familia, a través de Oportunidades, se entregan 445 pesos al mes como parte del apoyo en alimentación, más las becas de apoyo por hijos estudiantes que oscilan entre los mil 265 y dos mil 320 pesos dependiendo el número de hijos y el grado escolar.

Para alumnos de nivel primaria, las becas van de los 165 a los 330 pesos mensuales, en el nivel secundaria de 480 a 620 pesos y en el caso de educación media superior de 850 a mil 55 pesos mensuales.

Estos apoyos pueden ser entregados hasta para tres hijo como máximo, más un apoyo de ciento 15 pesos por hijos menores de nueve años y en el caso de adultos mayores se otorga un apoyo de 345 pesos.

19 mayo, 2014
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