Carlos Bauer / @carlosbauer3_0
Todos sabemos que al respirar obtenemos oxígeno y expulsamos a la atmósfera dióxido de carbono. Y, claro, sabemos que si dejamos de respirar por unos minutos, moriremos. ¿Pero por qué necesitamos el oxígeno más de lo que necesitamos agua o alimentos?
Sin oxígeno ninguna función de nuestro organismo podría realizarse, pues aunque lo absorbamos a través de nuestros pulmones, su presencia es necesaria en cada parte de nuestro cuerpo: cada una de nuestras miles de millones de células consume oxígeno sin descanso para realizar sus actividades.
Esto se debe a que el oxígeno tiene una función primordial en la vida de nuestras células, ya que los nutrientes de los alimentos no pueden proporcionar energía hasta que se combinan con el oxígeno en las células del cuerpo. Sin energía, las células se detienen y mueren.
Cuando respiramos, el oxígeno entra en los pulmones, desde donde es llevado a todo el cuerpo por la sangre. La sangre oxigenada que llega desde nuestros pulmones entra en los tejidos y las células que los componen, donde se lleva a cabo la respiración celular, el proceso por el cual las células obtienen la energía necesaria para funcionar.
Como nuestro cuerpo no tiene ningún almacén de oxígeno, es necesario abastecer a las células con cantidades regulares del oxígeno que obtenemos del exterior.
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