El presidente ruso, Vladímir Putin, participó por videoconferencia en la ceremonia de botadura del submarino de propulsión nuclear Perm, que tuvo lugar en Severodvinsk, provincia de Arjánguelsk. Desde Múrmansk, donde asiste al Foro Internacional del Ártico, Putin destacó la relevancia de este acontecimiento para la Armada rusa.
El Perm, perteneciente al proyecto Yasen-M, es el quinto submarino de su clase y se espera que entre en servicio el próximo año para cumplir misiones de combate. El mandatario ruso subrayó que esta incorporación refuerza el componente estratégico de la flota naval y fortalece la defensa del país.
“Seguiremos impulsando la construcción de buques de superficie y submarinos avanzados, dotándolos con armas de alta precisión, sistemas robóticos y tecnología de última generación”, afirmó Putin. Agregó que estas medidas contribuirán a proteger las fronteras marítimas de Rusia y asegurar sus intereses nacionales, especialmente en el Ártico.
El poder del submarino Perm
El submarino Perm ha sido diseñado para enfrentar tanto buques enemigos como otros submarinos. Su principal distintivo es el armamento hipersónico Tsirkón, un misil capaz de alcanzar velocidades de Mach 9 (alrededor de 10,000 km/h) y de operar a una altitud de 20 kilómetros. Esta velocidad extrema y su tecnología furtiva lo hacen indetectable por los sistemas de defensa aérea convencionales.
Además de su capacidad para transportar ojivas convencionales o nucleares, el Tsirkón puede impactar objetivos tanto terrestres como navales a distancias superiores a 1,000 kilómetros. Su versatilidad también permite ser lanzado desde buques de superficie o submarinos en inmersión, consolidándose como una de las armas más avanzadas del arsenal ruso.
La botadura del Perm reafirma la determinación de Rusia de consolidarse como una de las principales potencias marítimas y fortalecer su capacidad de disuasión en un contexto de creciente tensión internacional