Ale Anguiano, Secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas, destacó que la Reforma Judicial es un momento clave para avanzar en la democratización de las instituciones en México. En su intervención, señaló que por largo tiempo, el poder judicial ha sido considerado un espacio intocable, destinado a intereses elitistas y ajeno a las necesidades de las mayorías, pero la reforma ofrece una oportunidad para transformar esa realidad.
Anguiano aseguró que esta reforma tiene el potencial de crear un sistema de justicia más inclusivo, equitativo y democrático, y añadió que el poder judicial ha sido históricamente un refugio de estructuras de privilegio, resguardadas por una resistencia al cambio que busca mantener un orden excluyente y discriminatorio. “Reformar el poder judicial no es solo una cuestión de redistribuir poder; es cuestionar las bases mismas sobre las que se ha construido un sistema que, en muchas ocasiones, ha fallado a quienes más lo necesitan”, afirmó.
En este sentido, la funcionaria subrayó que las mujeres en México son, sin duda, algunas de las principales beneficiarias de esta transformación. “Durante generaciones, hemos enfrentado barreras significativas para acceder a la justicia, procesos judiciales plagados de prejuicios, y una impunidad generalizada frente a la violencia de género”, destacó Anguiano, al tiempo que hizo un llamado a construir un sistema judicial que finalmente brinde a las mujeres un verdadero acceso a la justicia, con la certeza de que sus derechos no serán negociables.
La funcionaria también expresó la necesidad de imaginar un sistema judicial en el que las mujeres, en especial las más vulnerables, puedan acercarse a la justicia sin temor a ser ignoradas o discriminadas. “Un sistema donde los casos de feminicidio, violencia doméstica y discriminación laboral no queden relegados, sino que sean prioridades para una justicia transformadora”, afirmó.
Ale Anguiano fue enfática al afirmar que no debemos temer al cambio, sino a la inercia del sistema actual. “La justicia no puede seguir siendo un privilegio, debe ser un derecho accesible para todas y todos”, concluyó, llamando a aprovechar la Reforma Judicial como una oportunidad para reimaginar un México más justo, donde las mujeres puedan vivir libres de violencia y con la certeza de que la violencia de género puede ser erradicada.