La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró este miércoles que Ucrania carece de las capacidades necesarias para construir armas nucleares por su cuenta y que solo podría lograrlo con la intervención de otros países.
“El régimen de Kiev, por sí solo, no puede fabricar armas nucleares en unas pocas semanas. Eso es un hecho”, afirmó Zajárova durante una conferencia de prensa. La diplomática añadió que Ucrania solo podría obtener estos recursos si recibe componentes clave desde el exterior, subrayando que cualquier ayuda extranjera en este sentido sería una grave violación del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Una advertencia a las potencias extranjeras
Zajárova destacó que las declaraciones de las autoridades ucranianas sobre la posibilidad de desarrollar armas nucleares no solo son “irresponsables”, sino también una muestra de lo que describió como “la naturaleza terrorista del régimen nazi”. Además, advirtió que aquellos que faciliten la transferencia de tecnología nuclear a Kiev deben considerar las graves consecuencias que esto podría acarrear para ellos mismos.
“En lugar de buscar armas nucleares, el régimen de Kiev debería priorizar la temporada de calefacción para garantizar que su población pueda mantenerse caliente y alimentada”, agregó la portavoz, cuestionando las prioridades del gobierno ucraniano.
Rusia y su postura nuclear
Por su parte, el presidente ruso Vladímir Putin aseguró que su país no permitirá que Ucrania acceda a armas nucleares bajo ninguna circunstancia. “Rusia utilizará todos los medios a su disposición para prevenirlo. Absolutamente todos”, enfatizó el mandatario.
La declaración de Putin coincide con la actualización de la doctrina nuclear rusa en noviembre, en la que Moscú reafirmó su derecho a emplear armas nucleares como respuesta al uso de armas de destrucción masiva contra su territorio o el de sus aliados.
El Memorándum de Budapest: un punto de inflexión
La situación actual revive el debate sobre el Memorándum de Budapest, firmado en 1994, cuando Ucrania renunció a su arsenal nuclear –el tercero más grande del mundo tras el colapso de la URSS– a cambio de garantías de seguridad por parte de las potencias internacionales.
Sin embargo, Zajárova recordó que las claves operativas de esas armas ya estaban bajo control ruso y que Ucrania no tenía los recursos económicos para mantenerlas. A pesar de los compromisos iniciales de desnuclearización, la retórica ucraniana sobre un posible estatus nuclear ha generado tensiones a lo largo de las últimas décadas.
Con estas declaraciones, Rusia busca subrayar los riesgos y las implicaciones geopolíticas que tendría cualquier intento de Ucrania por avanzar en este terreno, poniendo nuevamente el foco en las dinámicas de seguridad internacional en la región.