CÓMICSARIO
Hellboy ganó reconocimiento por las películas del “gordo” Guillermo del Toro, pero si sus adaptaciones son geniales sus cómics rebasan lo espectacular.
Semilla de destrucción es una serie de 4 números escrita por Jhon Byrne y Mike Mignola quién también ilustra de manera maravillosa la obra, publicadas en 1993 por Dark Horse Comics.
En una isla pequeña en la costa de Escocia, un hechicero de nombre desconocido apoyado por la ingeniería nazi lleva a cabo un ritual, al parecer fracasa pero en la lejanía de Inglaterra surge un demonio el cual sería bautizado como Hellboy.
El padre adoptivo de H.B. es asesinado por un anfibio antropomórfico, deciden investigar y dan con la vieja residencia Cavendish, lugar que se encuentra en un lago maldito y se hunde cada vez más, H.B. lleva a su acostumbrado equipo conformado por Abe Sapien y Liz Sherman, pero estos caen en una trampa y se revela el hechicero desconocido quién planea revivir a dioses antiguos para causar el Ragna Rok (en referencia a la caída de Asgard, paraíso de la mitología nordica).
Hellboy es una obra multicultural, y en esta ocasión no se queda atrás, hace referencia a mitos africanos, culturas prehispánicas mexicanas, mitología nordica, simbología satánica y nazi, además de tener una fuerte inspiración en las novelas de H.P Lovecraft.
El dibujo de Mignola encaja perfecto con la atmosfera, sencillo y minimalista, juega mucho con las sombras para formar figuras y para dar un tono más oscuro en la obra, nuestro rojo protagonista logra siempre destacar entre el ambiente sombrío.
Aunque el sarcasmo es algo que caracteriza a H.B. no esta tan pulido en estos sus primeros números y sería algo que se iría perfeccionando con el tiempo.
Una lectura extremadamente interesante, llena de información en cada viñeta, si te gusta el misterio y lo paranormal es una obra que te gustará, además una de esas series imperdibles y nunca aburridas.