Fuertes tormentas de arena y granizo se abatieron sobre la costa oriental australiana este lunes, estos eventos extremos, conviven con los incendios que consumen partes del país desde septiembre, causados por el cambio climático.
Ahora violentas tormentas de granizo azotaron sobre la capital, Canberra el lunes, con caída de pedazos de hielo del tamaño de pelotas de golf.
Los servicios de emergencia han pedido a la población retirar vehículos que se encuentren estacionados en la calle y los alejen de los árboles y de los cables eléctricos.
Por su parte, el servicio meteorológico local pidió a los habitantes del sureste del Estado Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sidney, que estén preparados porque se avecinan nuevas tormentas.
“Se prevén fuertes tormentas que pueden producir daños, vientos destructores, posiblemente gigantes tormentas de granizo y fuertes lluvias que pueden acarrear inundaciones en las próximas horas”, advirtieron.
Durante el pasado fin de semana, fueron captadas imágenes en el occidente Nueva Gales del Sur, las cuales muestran una fuerte tormenta de polvo que se dirige hacia ciudades del interior. Los habitantes de la zona dijeron que se había vuelto de noche al medio día.
“Estamos acostumbrados a las embestidas de estos eventos extremos que nos hacen cerrar ventanas y puertas antes de que lleguen las tormentas de polvo”, señaló a la AFP Ashleigh Hull de la ciudad de Dubbo.
“Pero esta era más “espectacular” que las típicas tormentas de polvo”, agregó. “Realmente fue un filme apocalíptico, una enorme ola viniendo hacia nosotros, realmente impresionante. Simplemente hubiera deseado que en vez de polvo nos hubiera traído lluvias”.
La sureña ciudad de Melbourne también se vio afectada por enormes tormentas de granizo en la tarde el domingo.