Alejandro Baltazar / @Doncaracol3_0
Morelia, Michoacán.- Con una guardia conformada por 75 policías comunitarios, armados con carabinas de chispa, machetes y palos, el 15 de abril del 2011 el municipio de Cherán en Michoacán, se declaró autónomo.
La riqueza natural de Cherán sirvió como imán para los criminales, por lo que la comunidad sufrió durante años el despojo de tierras, la tala ilegal de árboles, el robo de ganado, así como el rapto de mujeres, el secuestro y extorsión.
A pesar de enfrentarse a secuestros, desapariciones y muertes de habitantes de la comunidad, al levantarse en armas, la población decidió continuar con la organización, pues se vieron sin apoyo de los tres niveles de gobierno. En este contexto, el municipio dijo no a los partidos políticos y dejó de lado la forma de gobierno convencional.
Y mientras el resto de municipios de Michoacán vive inmerso en una ola de violencia, en medio de la autodefensa civil, los experimentos perversos del gobierno federal en materia de seguridad y una crisis económica y social profunda, Cherán levantó la mano y fue ahí donde por primera vez surgió el concepto de guardia comunitaria.
Una de las formas como Cherán comparte su visión del mundo hacía el mundo se puede ver en la forma de organizarse, dejando de lado formas convencionales, incluso, siendo críticos con el modelo democrático representativo.
“¿Ya se nos olvidó por lo que pasamos? No, señores, no queremos más huérfanos. Si regresan los partidos, no sabemos lo que venga… por eso tenemos que mantenernos fuertes, no podemos traicionar al pueblo por una laminita, una despensita” señaló una comunera identificada como Imelda en el marco del tercer aniversario del levantamiento de Cherán.
Organizados en 4 barrios, a través de un Concejo Mayor integrado por 12 personas es como se toman las decisiones y cabildeos en la comunidad y cada barrio aporta tres consejeros para llevar su voz al Concejo Mayor. En cada barrio se encuentra un juez menor, que junto con los consejeros atienden las necesidades del barrio que representan.
El cambio ha sido radical, a tres años del levantamiento de la comunidad, no se tienen registros de robos, riñas u homicidios, máxime cuando antes del levantamiento el promedio de homicidios era de uno por semana.
Es decir, a la comunidad le ha funcionado y lo ha probado, apegarse al mando por usos y costumbres, teniendo en la confianza de la gente hacia sus autoridades una herramienta importante que provoca que sus autoridades estén al servicio de la gente.