Donald Trump rindió protesta como presidente de Estados Unidos y, desde la rotonda del Capitolio, presentó una serie de órdenes ejecutivas que marcan el rumbo de su administración. En su primer discurso oficial, el mandatario delineó sus principales objetivos, enfocándose en temas de seguridad nacional, migración y política internacional.
Una de las primeras medidas anunciadas por Trump fue la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos, un paso que refuerza su postura en torno a la migración y la seguridad. Dentro de las acciones inmediatas, destacó la reinstauración de la controvertida política de “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se resuelven sus casos.
Además, Trump puso fin a la práctica conocida como “Atrapar y soltar”, que permitía la liberación de migrantes mientras se procesaban sus solicitudes. El presidente también ordenó el despliegue de tropas adicionales en la frontera sur para enfrentar lo que calificó como una “invasión” migratoria, reafirmando su enfoque de endurecer las medidas de control en el sur de Estados Unidos.
En una de las medidas más drásticas, Trump anunció que los cárteles de droga serán designados como organizaciones terroristas extranjeras, lo que habilitará al gobierno para utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 en la lucha contra estos grupos criminales, intensificando la presión sobre las redes de narcotráfico y sus líderes.
Estas órdenes ejecutivas marcan un claro regreso a las políticas migratorias y de seguridad más estrictas, que habían sido una pieza clave durante su campaña electoral. Con estas medidas, Trump comienza su segundo mandato con una serie de acciones que prometen reconfigurar tanto la política interna como la relación de Estados Unidos con sus vecinos del sur.