El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró estar decidido a obtener el control de la Franja de Gaza y sugirió que podría compartir la administración del enclave con otras naciones para impulsar su reconstrucción y desarrollo.
“Me comprometo a adquirir y gestionar Gaza”, declaró Trump a los periodistas a bordo del Air Force One. “Podría ceder partes del territorio a otros países de Oriente Medio para facilitar la reconstrucción”. Según el mandatario, su objetivo es transformar Gaza en “un centro clave para el desarrollo futuro”.
Trump también anunció reuniones con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán, y el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, con la intención de negociar la posible acogida de refugiados palestinos en sus países. Además, indicó que su gobierno evaluará caso por caso la posibilidad de recibir palestinos en EE.UU., asegurando que “se ocupará de ellos y velará por su seguridad”.
Una visión controvertida para el enclave palestino
El presidente estadounidense ha insinuado en varias ocasiones que su país podría mantener una “posición de propiedad a largo plazo” sobre Gaza, trasladar a parte de su población a otras naciones y reconstruir la región bajo supervisión de Washington. Incluso mencionó la posibilidad de desplegar tropas en el territorio para consolidar su control.
El plan recibió el respaldo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien elogió a Trump como “el mayor amigo” de Israel y destacó su enfoque “fuera de lo convencional”. Netanyahu afirmó que el objetivo es garantizar que Gaza no vuelva a representar una amenaza para Israel, y que Trump está llevando esa meta “a un nivel superior”.
Sin embargo, la propuesta ha sido duramente rechazada por Hamás, que la calificó como “una receta para el caos y la inestabilidad en la región”. Varios países árabes, así como Rusia y diversas naciones latinoamericanas, también han manifestado su oposición al plan del mandatario estadounidense.
