El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió este martes al declarar que el control del canal de Panamá se encuentra “en discusión” con las autoridades panameñas, calificando la situación como una violación al acuerdo original.
“El canal de Panamá está en discusión con ellos ahora mismo. Violaron todos los aspectos del acuerdo, y lo hicieron de manera moralmente incorrecta”, aseguró Trump durante su intervención. En un tono crítico, añadió: “El canal de Panamá es una vergüenza. Jimmy Carter lo entregó por un dólar bajo la premisa de un trato justo hacia nosotros, pero no nos están tratando justamente. Cobran más a nuestros barcos y a nuestra Armada que a los de otros países. Se ríen de nosotros porque creen que somos estúpidos, pero ya no lo somos”.
Trump subrayó la importancia estratégica del canal para Estados Unidos y expresó su descontento con la actual administración del paso interoceánico. “El canal de Panamá es vital para nuestro país, pero está siendo operado por China. Lo entregamos a Panamá, no a China. Y han abusado de ese regalo. Nunca debió haberse hecho”, afirmó, apuntando que considera esta decisión como una de las razones por las que Jimmy Carter perdió las elecciones.
El mandatario electo también sugirió que el uso de la fuerza militar no está fuera de la mesa. “No puedo garantizar que no se use la fuerza militar para retomar el control del canal o incluso de Groenlandia. Estados Unidos necesita ambos para su seguridad económica. Tal vez tenga que hacer algo”, dijo Trump, dejando abierta la posibilidad de acciones más drásticas.
Estas declaraciones reavivaron tensiones internacionales. El mandatario panameño, José Raúl Mulino, respondió enérgicamente, subrayando que “cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo”. A su vez, varios países, entre ellos China, Colombia, México, Nicaragua y Venezuela, manifestaron su solidaridad con Panamá.
Trump también reiteró su interés en Groenlandia, describiéndola como “una necesidad absoluta” para su país. Sin embargo, el primer ministro groenlandés, Mute Egede, rechazó categóricamente cualquier intención de compra, señalando que Groenlandia “no está en venta y nunca lo estará”. Además, Egede reafirmó su deseo de avanzar hacia la independencia de Dinamarca, lo que añade un nuevo giro a las tensiones diplomáticas que rodean el futuro de la isla.