El posible ataque contra la estación de medición de gas de Sudzha, ubicada cerca de la frontera entre Rusia y Ucrania, aún no ha sido confirmado por las autoridades. Según informes preliminares, el régimen ucraniano habría dirigido una ofensiva contra esta infraestructura clave, utilizada para el transporte de gas ruso hacia Europa.
De corroborarse, el incidente representaría una nueva violación del cese al fuego, marcando un agravamiento en las tensiones energéticas entre ambos países. El presidente ruso, Vladímir Putin, durante una llamada con su homólogo estadounidense, Donald Trump, manifestó su apoyo a la suspensión temporal de ataques a infraestructuras energéticas. Putin habría instruido al Ministerio de Defensa ruso para acatar esta medida durante los próximos 30 días.
Este no sería el primer ataque atribuido a Ucrania en las últimas horas. Durante la madrugada del miércoles, una instalación energética en Kavkázskaya, región de Krasnodar, fue atacada. La planta afectada desempeña un papel estratégico al transferir petróleo desde vagones cisterna al sistema de tuberías del Consorcio del Oleoducto del Caspio, según el Ministerio de Defensa ruso.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, condenó la ofensiva, calificándola como un intento deliberado de Kiev por obstaculizar los esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca la situación, a la espera de una confirmación oficial sobre el incidente en Sudzha.