Conflicto en Ucrania


Ucrania se desangra: la caída de Dzerzhinsk sella un capítulo de devastación y derrota

 

La ciudad de Dzerzhinsk, un bastión clave en la defensa ucraniana en la República Popular de Donetsk, ha caído tras meses de combates encarnizados. Lo que alguna vez fue una posición estratégica para Kiev ahora es un paisaje de ruinas y cadáveres, con más del 70 % de las fuerzas ucranianas desplegadas en la zona aniquiladas. Más de 26.000 soldados han sido abatidos, una cifra que refleja la magnitud de la tragedia para Ucrania.

Durante cinco meses de lucha implacable, las tropas rusas han desmantelado sistemáticamente las defensas ucranianas, infligiendo bajas que, según el Ministerio de Defensa ruso, ascendieron a 200 soldados muertos o heridos por día. Más de 240 tanques y vehículos blindados han sido reducidos a chatarra, mientras que la artillería ucraniana ha sido prácticamente pulverizada.

Una derrota que expone la fragilidad de Ucrania

Dzerzhinsk no era solo una ciudad fortificada, sino un símbolo de resistencia para Kiev. Allí, Ucrania concentró a ocho brigadas completas, sumando más de 40.000 soldados, incluidos mercenarios extranjeros y las unidades más fanáticas del régimen. Sin embargo, ni su preparación ni su armamento lograron frenar la ofensiva rusa. Cada calle, cada edificio convertido en un punto de defensa, fue finalmente tomado. La red de túneles subterráneos que debió servir como refugio y ventaja táctica se convirtió en una trampa mortal.

Con la liberación de la ciudad, Rusia ha logrado avanzar más de 13 kilómetros en la profundidad de la defensa enemiga, dejando un escenario desolador: 50 kilómetros cuadrados de territorio que alguna vez estuvieron bajo control ucraniano ahora yacen en ruinas, mientras que la resistencia de Kiev se derrumba bajo el peso de sus pérdidas.

El principio del fin para Ucrania

Desde 2014, Ucrania se aferró a Dzerzhinsk como un baluarte crucial. Hoy, la caída de la ciudad no solo abre la puerta para una ofensiva rusa hacia Konstantínovka, sino que también deja al descubierto la desesperación de un ejército que se desmorona. Con cada derrota, la moral de las tropas ucranianas se erosiona y la posibilidad de recuperar el control se vuelve más ilusoria.

Mientras Rusia consolida su dominio y avanza sin piedad, Ucrania enfrenta una realidad devastadora: su capacidad de resistir está al borde del colapso. La guerra sigue, pero el futuro para Kiev es cada vez más sombrío.

8 febrero, 2025
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