Morelia, Michoacán.- Vecinos de la colonia Arboledas del Río Grande, ubicado a espaldas del Campestre El Vergel, se encuentra inundado ante la creciente acumulación de agua que ha dejado el desfogue de la presa de Cointzio, y que en algunas zonas alcanza el metro de altura.
En uno de los inmuebles afectados sobre la Avenida del Roble, el cual se encuentra habilitado como una casa de ayuda para personas con adicciones, viven cerca de 50 personas que han tenido que resguardarse en la segunda planta.
Debido a que no pueden hacer uso de los baños ubicados en la planta baja, desde el día de ayer los moradores han tenido que tomar otra alternativa.
“El agua nos llega arriba de las rodillas. Nuestros baños están inundados, tenemos que hacer lamentablemente del baño en cubetas. Está muy crítica la situación”, explicó Arisaid, uno de los tres jóvenes a quien se le ha encomendado arrojar las cubetas con excremento a un canal aledaño que se encuentra desbordado.
Familias que ayudan al sostén de este lugar, han arribado con alimentos, agua y productos de limpieza. En una tina, los habitantes del centro de ayuda acarrean los víveres mientras caminan bajo el agua en un trayecto de aproximadamente 200 metros; otros cargan sobre sus hombros los pesados garrafones con agua.
Pese a que cuentan con el apoyo de sus “padrinos”, los jóvenes temen que el nivel de agua incremente aún más con el continuo desfogue de la presa y la lluvia que auguran, caerá en las próximas horas de este domingo.
“No tenemos agua potable, desde hoy ya no vamos a tener luz porque vamos a bajar la palanca por seguridad. Nos está ayudando una doctora para los que se estén sintiendo mal porque obviamente son aguas negras y estamos esperando que nos vengan a ayudar”, contó Antonio Mata, otro de los inquilinos.
Aunque el día de ayer elementos de Bomberos de Morelia ofrecieron a los habitantes del centro de rehabilitación su evacuación, los encargados y los jóvenes optaron por permanecer debido a que se trata de 50 personas que, por su situación, deben estar bajo vigilancia, y en un albergue municipal no contarían con tal supervisión.
En las casas aledañas, donde apenas hay encharcamientos leves, los vecinos han colocado barreras hechas con costales de arena, para evitar que el agua ingrese a sus domicilios.