Aún cuando esta actividad se vincula con casos de cáncer entre trabajadores y poblaciones cercanas a los pozos de fracturación hidráulica.
En un mundo absurdo y triste, encontramos noticias como la siguiente: una compañía dedicada a la fractura hidráulica dona dinero a una fundación que lucha contra el cáncer de mama. ¿Para verse bien o por qué realmente le interesa?
Como se habrán dado cuenta, octubre es el Mes Internacional del Cáncer de Mama y todo se torna rosa ante nuestros ojos; edificios más importantes de todo el mundo, como Empire State Building, cadenas de televisión, diversas marcas y compañías alrededor del mundo, adoptan el listón rosa en la causa… Ahora Baker Hughes, una de las compañías más grandes en servicios de fractura hidráulica.
Hace unos días Baker Hughes presentó sus brocas rosadas, para unirse a la ola de concientización sobre el tema; durante esta campaña distribuirá mil brocas rosadas por todo el mundo. Además, por segundo año consecutivo, donó $100,000 dólares a Susan G. Komen Foundation. Y, claro, la pregunta salió a la luz ¿qué no el fracking está relacionado con varios tipos de cáncer?
Así surge la polémica del pinkwashing que permite Susan G. Komen al aceptar la donación de Baker Hughes, aún cuando existe evidencia que vinculan la actividad con el padecimiento de leucemia y cáncer de mama.
- En Texas, después de una revisión sobre las tasas de cáncer en zonas donde se extrae gas natural, se concluyó que los casos de cáncer de mama en el área era un número mayor a lo esperado.
- Los Angeles Times mencionó un estudio realizado por el gobierno, en el cual se encontró que los trabajadores en sitios de fracturación hidráulica se encuentran en contacto con el benceno, un carcinógeno vinculado con el cáncer de mama.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál es la causa del cáncer de mama, se sabe que la exposición a ambiental de ciertos químicos incrementan el riesgo de padecer la enfermedad. Otras organizaciones, como Breast Cancer Fund, se han molestado por este llamado intento de pinkwashing, pues también ellos están preocupados por la liberación de químicos tóxicos a causa del fracking.
Por otro lado, consideremos que la misma comunidad de Baker Hughes ha padecido esta enfermedad. Esta campaña muestra la preocupación de la compañía por su gente y por todos aquellos que padecen cáncer de seno. Si realmente estuvieran preocupados, como debería, buscarían alternativas con menor impacto en sus operaciones — si es que existen tales o tendría que cambiar de rubro a energías limpias.
Pinkwashing o no, existe una aportación a la investigación y, quien sabe, quizá esté patrocinando algún estudio que compruebe realmente que esta actividad tiene una relación importante con el cáncer de mama. Entonces, me pregunto, ¿qué medidas tomará la compañía?