Érika Paz / Revolución3.0
(01 de diciembre, 2014).- Como es sabido por el grueso de la población mexicana, el salario no alcanza y a duras penas se llega a fin de mes. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emitió un reporte de investigación titulado: “El Salario Mínimo en México: de la pobreza a la miseria. Pérdida del 78.66% del poder adquisitivo del salario”.
En 1982 con un salario mínimo se podían comprar 51 kilos de tortillas; en 2014 sólo alcanza para 6 kilos, por lo que con los salarios actuales se estaría violando la Constitución Mexicana, donde se establece que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Por lo tanto, en el estudio académico se expone que “un Estado sano debería de garantizar el bienestar de su población”, y documenta que de 1987 a la fecha, el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) “registra un incremento acumulado de 940%, mientras el salario creció 4.773%, lo que significa que los alimentos han aumentado en una proporción de 4 a 1, en comparación con el incremento a los salarios mínimos”.
En lo que va de la gestión de Enrique Peña Nieto, el precio de la CAR aumentó 20.66 pesos, pasando de 171.86 a 192.52, en tanto que el salario mínimo sólo aumentó 2.53 pesos, “lo que constituye una pérdida del poder adquisitivo del 7.24% en menos de dos años”.
De esta manera se obliga a las familias a laborar más horas de trabajo diario, por lo que no sólo las y los jefes de familia tienen que emplearse, sino también los hijos para contar con el dinero suficiente para la alimentación, un derecho básico que debe ser garantizado por el Estado.
La desigualdad social es cada vez más tangible, lo que se agudiza con la pérdida de derechos de las y los trabajadores (avalados por la Reforma Laboral, promulgada por Felipe Calderón en sus últimos días como mandatario).
“La pobreza de los mexicanos se encuentra anclada a niveles de ingreso paupérrimos, es decir, hoy con un salario mínimo ya sólo se puede comprar el 35% de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), cuando en 1987 con un salario mínimo se podían comprar casi dos canastas de alimentos”, señala la investigación.
La disminución del poder adquisitivo de los salarios mínimos viene ocurriendo desde hace más de 30 años, justo cuando las medidas económicas del país incursionan en la política neoliberal, emprendida por los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña.
Los sexenios priistas fueron los que impulsaron la implementación de un modelo neoliberal de “desarrollo”, que más que vigilar por los intereses de la población mexicana, fueron y han sido encaminados hacia la acumulación del capital en pocas manos a costa de la desposesión de la mayoría de la gente del campo y de la ciudad.
“El salario es el precio que nos pagan por nuestra fuerza de trabajo, y éste es el precio que casi no aumenta si se compara con el incremento de las demás mercancías […]. Por ejemplo, en el caso de la leche, de enero de 1982 a agosto de 2014, se han dejado de consumir 14.20 litros”.