Mientras en la LXXIV Legislatura llueven los posicionamientos y la suma de diputados locales al paro de mujeres del nueve de marzo, en su trabajo legislativo han desdeñado capacitarse en materia de perspectiva de género.
En octubre de 2018, con la idea de sensibilizar y dotar a los diputados de herramientas conceptuales en matera de perspectiva de género, la Comisión de Igualdad Sustantiva y Género de la Cámara organizó un taller de capacitación para los legisladores al cual sólo asistieron cinco de 40 integrantes de la Legislatura, y lo hicieron sólo el primer día, ya que a los subsecuentes mandaron a sus asesores o asistentes en su representación.
Más allá de la presidenta de la Comisión, la diputada Lucila Martínez Manríquez que fue la convocante del curso, el resto de los integrantes de la Legislatura se abstuvieron de acudir o completar los trabajos, y nunca más volvió a sugerirse la capacitación a los diputados en la materia.
El julio de 2019 en la Cámara se aprobó una reforma a la Ley Orgánica y de Procedimientos del Congreso, para crear la Unidad de Igualdad de Género dentro del Instituto de Investigaciones y Estudios Legislativos, misma que sólo permanece como letra muerta en el papel.
Lo anterior debido a que jamás se asignaron recursos para la creación de dicha Unidad que tendría como fin generar insumos y asesorar a los diputados en los asuntos legislativos que requirieran un abordaje con perspectiva de género.
Para la definición del presupuesto de este año, los diputados estaban tan enfrascados en el jaloneo de fuerzas al interior por la repartición del dinero que, agotaron los tiempos legales para aprobarlo. Es así como tuvieron que aplicar en 2020 el mismo presupuesto que el de 2019, en donde no se contemplaban recursos para la referida Unidad.
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