Conocidos por su apoyo incansable pero igualmente por sus prácticas violentas, más de 2 mil hinchas argentinos se quedarán con las ganas de mundial en Brasil, toda vez que la policía anfitriona anunció que les impedirá la entrada por estar vetados en los estadios de su país.
El pasado 16 de mayo, el gobierno de la provincia de Buenos Aires informó que enviaría a las autoridades brasileñas un listado de las barras bravas más violentas y los integrantes que cuentan con expedientes judiciales abiertos, a petición del Ministerio de Deportes.
La medida fue corroborada por el delegado jefe de la Interpol en Brasil, Luiz Eduardo Navajas, quien confirmó que los barristas argentinos no podrán ingresar a los inmuebles, pero que en caso de lograrlo serán detenidos e inmediatamente deportados.
Para los organizadores, la seguridad es un punto esencial para tener una buena copa del mundo, por ello, luego de que diversos medios argentinos aseguraran que grupos como Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) y demás hinchas de equipos ya contaban con entradas para los juegos mundialistas, el gobierno decidió preparar una logística especial para los encuentros donde participe la selección argentina.
“La policía brasileña, en colaboración con la policía extranjera, va a responder con dureza a todo aquel que viene aquí a cometer delitos”, aseguró el jefe de seguridad en Brasil para el mundial, Andrei Rodrigues, quien adelantó que habrá policías y oficiales argentinos adentro y fuera de los estadios para localizar a algunos barristas que podrían provocar desmanes.
Al igual que los uniformados argentinos, delegaciones policiales de los otros 30 países participantes y algunos invitados, se reunirán en el Centro Internacional de Cooperación Policial con sede en la capital Brasilia, para apoyarlos en labores de inteligencia pues no contarán con armas de fuego.
Tal es la preocupación del gobierno de Dilma Rousseff por la seguridad durante el certamen internacional, que el jueves pasado se informó la presencia de las Fuerzas Armadas como refuerzo a los policías, quienes en conjunto se encargarán de vigilar aeropuertos, hoteles, campos de entrenamiento y cuanto lugar pisen las 32 selecciones en las 12 sedes mundialistas.
El delegado Navajas, también comentó que en el caso de los aficionados europeos, especialmente de Alemania, Bélgica e Inglaterra, los llamados “hooligans”, no implican una preocupación para los organizadores, pues ellos están imposibilitados para viajar desde sus respectivos países por orden judicial, e incluso tienen los pasaportes decomisados.
Sin embargo, los barras bravas no son la única preocupación de la seguridad amazónica, ya que cualquier personas con antecedentes de crímenes sexuales como pedofilia o violación, no podrán pisar suelo brasileño.