Es la primera vez que se prohíbe esta técnica en todo un estado de Estados Unidos
Hace pocos días se informó que, inéditamente, una ciudad en el estado sureño de Texas había prohibido el fracking gracias a una consulta popular. La noticia sorprendió porque dicho estado se ha caracterizado por ser uno de los más vinculados a esta siniestra práctica. Lo anterior, de algún modo, significó un nuevo comienzo en contra de los intereses de las corporaciones que aplican esta técnica.
Solo unos días después el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, prohibió definitivamente la aplicación del fracking en la totalidad de este estado, según explicó en redes sociales, “por los impactos potenciales sobre el agua, el aire, los recursos terrestres, los servicios comunitarios y locales”.
La decisión se tomó a partir de un documento de 148 páginas presentado por el secretario de salud de Nueva York, Howard Zucker, quien dijo que que no hay pruebas suficientes para asegurar que ese método resulta seguro a largo plazo.
Entre las conclusiones del documento destaca que:
La liberación de partículas y químicos volátiles podría generar impactos en la calidad del aire, mientras que el escape de metano u otros componentes aceleraría el cambio climático.
La introducción de químicos en el subsuelo conlleva el riesgo de contaminar el agua corriente y superficial, además de provocar sismos.
La fracturación también implica la posibilidad de que ocurran derrames de petróleo que dañarían las tierras aledañas a los pozos.
La implementación del fracking tendría consecuencias comunitarias, ya que fomentaría una urbanización brusca y no planeada en zonas poco pobladas e incrementaría el tráfico vehicular, los daños a las infraestructuras, el ruido y la creciente demanda de viviendas.
Uno de los principales argumentos que sostiene Zucker es que en este tipo de técnica no puede permitirse el error, pues las implicaciones son enormes e incluso desconocidas. Es importante meditar sobre un método que demanda la perfección humana para mantenerse seguro, cuando ello está muy lejos de la realidad. Este segundo golpe (y en pocas semanas) contra el fracking al interior del país impulsor de esta técnica ha despertado, por supuesto, reacciones de los petroleros, quienes lamentaron la decisión de Cuomo pues, consideran, va por el rumbo incorrecto. Mientras tanto, el mundo celebra la medida.