El conductor Javier Alatorre alerta que “México está en peligro por un virus que se creía erradicado: el virus comunista”. Nos enteramos así de que nosotros, quienes profesamos el comunismo, somos un agente viral, patógeno y nocivo, que no fue oportunamente erradicado. La erradicación es nuestro destino, el destino al que escapamos, el destino al que no debimos escapar. Ahora es preciso revertir el daño y erradicarnos, eliminarnos, exterminarnos.
La muerte es también lo que nos espera para el patrón de Alatorre, para el magnate Ricardo Salinas Pliego, quien salió a defender a su empleado con un twitter en el que nos caracteriza como “una bestia arrinconada y a punto de morir”. La muerte es todo lo que merecemos nosotros los “mugrosos”, las “ratas”, los “malparidos de izquierda”, como nos llama Salinas Pliego. Para él, como para Alatorre, no merecemos vivir y tendremos nuestro merecido, nuestra muerte, cuando la derecha recupere el poder.
¿La derecha planea exterminarnos? ¿Ahora cómo lo hará? ¿Qué método seguirá de todos los que han sido utilizados por la derecha contra los militantes de la izquierda? ¿Los paseos y fusilamientos masivos de Franco, los campos y gases de Hitler, los rumores y machetes de Suharto, los escuadrones de la muerte de Reagan, las torturas y los tiros de gracia de Pinochet y Videla?
Todos los exterminios comenzaron con la denigración y deshumanización de los exterminados, con fantasías de muerte y erradicación, con palabras como las de Alatorre y Salinas Pliego. Sus despropósitos no deberían parecernos únicamente ridículos y divertidos. No paremos de reír, pero comencemos a preocuparnos por lo que se está proyectando sobre nosotros.
La derecha nos insulta, nos deshumaniza, nos caracteriza públicamente como “ratas”, como “bestias” y como “virus”, y nos quiere muertos y erradicados, pero asegura que somos nosotros en la izquierda quienes polarizamos, excitamos el odio y buscamos “generar violencia y resentimiento entre los mexicanos”. Esto es al menos lo que se nos dice que hace la “izquierda” gobernante por el solo hecho ser “comunista”… ¿Comunista?
El supuesto comunismo del actual régimen habría sido evidenciado por Alatorre en los nuevos libros de texto. Estos libros y las correspondientes guías para los maestros son evidentemente “comunistas”, según Alatorre, porque hablan de “justicia social”, de “oprimidos y opresores”, de “transformación de la realidad” y de “herramientas para que los marginados se liberen de las condiciones de marginación que se reproducen en las escuelas”. Todo esto es el comunismo para Alatorre. Para él, entonces, la única forma de no ser comunista es aceptar ser un marginado, no querer transformar la realidad, ignorar la opresión y resignarse a ella por más injusta que sea.
Otro indicio de comunismo que Alatorre detecta en los nuevos libros de texto está en la escandalosa pregunta “¿el tiempo es dinero o algo más?”. Tan sólo plantearnos la posibilidad de que el tiempo no sea únicamente dinero ya nos convierte en comunistas a los ojos de Alatorre. ¿Cómo es que nos atrevemos a suponer que puede haber “algo más” que dinero en el tiempo? ¿Cómo somos capaces de pensar algo semejante? ¿Acaso no es claro que sólo merecemos que se nos extermine?
Tal vez nuestro exterminio sea la solución final para el mayor problema de Salinas Pliego. Este problema es la devolución de las cantidades colosales de riqueza que ha robado a la sociedad. Se trata del pago de los impuestos que ha evadido, que le reclama el fisco y que ascienden a más de 39 mil millones de pesos. Aferrándose a esta fortuna, Salinas Pliego ha llamado “ratas” a quienes le piden honrar sus deudas, insultándolos así con el mismo nombre que acaba de aplicarnos a los comunistas.
Al mismo tiempo que nos llamaba “ratas”, Salinas Pliego encontró la manera de evadir una vez más el pago de sus impuestos al reciclar su compañía Elektra en una empresa nueva. Los expertos aseguran que está ganando tiempo. Quizás tan sólo espere la muerte de la “bestia arrinconada y a punto de morir”.