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(3 de abril, 2014).- “El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”, decía la bella y sensual Marilyn Monroe. Y quizá por eso, por ser tan natural, ha supuesto –¡y supone, afortunadamente!– un misterio para el ser humano, que ha disfrutado durante siglos de la actividad sexual sin necesidad de desgranarla. No obstante, y en clara antítesis a la Marilyn moderna, exuberante, y sin problemas para reivindicar su amor por el sexo, la historia ha abandonado deliberadamente el sexo de la mujer, que ha sido durante mucho tiempo un mero objeto sexual al servicio del varón.
Sobre ello ironizaba la película inglesa Hysteria, en la que se describe la época en que la homónima enfermedad era considerada una patología femenina que se curaba con lo que entonces llamaban un breve masaje en el clítoris y hoy llamaríamos, sin más rodeos, masturbación. A raíz de la rigidez en los tendones de la mano que termina padeciendo irremediablemente el médico, se inventa el vibrador, que curaba mágicamente esa histeria femenina.
Sabemos que la histeria no es una enfermedad y que los mecanismos del vibrador no son mágicos. Pero, ¿cuánto más sabemos?Hoy sabemos más, es verdad, sobre el cuerpo femenino. Sabemos que la histeria no es una enfermedad y que los mecanismos del vibrador no son mágicos. Pero, ¿cuánto más sabemos?
El feminismo de finales del siglo XX y principios del XXI ha reivindicado a menudo la importancia del pene en la relación sexual, cuya centralidad nadie niega, y la poca importancia que se le da al clítoris en la vida sexual, pública o coloquial. Piénsese por un instante cuántos sinónimos, vulgares o no, coloquiales o cultos hay de la palabra pene. Efectivamente: muchísimos. ¿Y cuántos hay del clítoris? (Recordemos aquí que el clítoris no es la vagina, otra de las consignas de algunas corrientes feministas de los últimos tiempos).
El orgasmo femenino
De la mano de los misterios anatómicos femeninos vienen las elucubraciones en torno al orgasmo de la mujer. ¿Cuántos tipos de orgasmos hay? ¿Cómo son? ¿Es lo mismo la estimulación vaginal que la del clítoris?
Tradicionalmente se ha hablado de dos tipos de orgasmos, el que se produce mediante la estimulación externa del clítoris y el que tiene lugar como consecuencia de la penetración vaginal. La ciencia ha querido dar una respuesta más específica a estas cuestiones, y uno de los intentos lo constituye un reciente estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine. El estudio revela que hay, efectivamente, dos tipos de orgasmo femenino.Pero la cosa no es tan sencilla…
A pesar de la asunción general de que hay un solo tipo de orgasmo femenino existen dos, y funcionan de distinta maneraSon dos ginecólogos franceses, Buisson yJannini, los que han hecho escáneres a tres voluntarias sanas. Se les ha medido la variación en la sangre para descifrar cómo se mueven sus órganos sexuales según la diferente estimulación que reciban. A las voluntarias se les pidió que se estimulasen manualmente en la zona externa del clítoris y, después, recurriendo a la penetración vaginal con un tampón húmedo. Ambas acciones se examinaron con el fin de medir los cambios en los patrones de flujo sanguíneo, para determinar así cómo responde el clítoris y cómo la vagina.
Lo que el estudió concluyó es que hay una “diferencia funcional” en los orgasmos, en función del tipo de contacto. Los investigadores consideran que sólo la punta del clítoris responde a la estimulación externa, mientras que son el clítoris completo y la vagina los que responden a la estimulación vaginal.
La conclusión exacta del estudio dice así: “A pesar de la asunción general de que hay un solo tipo de orgasmo femenino, podemos inferir, basándonos en nuestras observaciones, que las diferentes percepciones reportadas de estos dos tipos de estimulación pueden ser explicadas por las diferentes partes del clítoris (externa e interna) y por el complejo clítoris-vagina (el sistema de nervios del clítoris) que están involucrados”.