Por: Günther A. Hasselkus S.
(05 de septiembre de 2014).- En 1911 fue robada del Museo de Louvre y estuvo a punto de venderse en una paupérrima cantidad, hoy, la célebre Gioconda, considerada como la pintura insigne del genio Leonardo Da Vinci se debate entre ayudar a sufragar la deuda externa de Francia o mantenerse como el estandarte del museo más famoso del mundo.
El adeudo del gobierno de François Hollande asciende a los 2,000 millones de dólares y la venta de la coloquialmente llamada Mona Lisa podría mitigar el déficit por la mitad, ya que la obra adquirida a principios del Siglo XVI por Francisco I, podría cotizarse hasta en 1,000 millones de dólares según especialistas.
Realizar cualquier transacción con arte del dominio público está prohibido en Francia, sin embargo, la posible enmienda a dicha ley podría concederle a Hollande el ansiado permiso para vender una de las obras más representativas de París. Si bien las deudas pueden llevar a bancarrotas, Hollande tendrá que pensar concienzudamente en el costo político y en la cuantiosa pérdida en materia de turismo, tanto para Louvre como para la capital gala.
Hasta el momento, diversos medios de comunicación, empujados por las multitudinarias inquietudes de la sociedad civil, han empezado a generar una gran controversia en toda Francia frente a la sui generis idea de un visiblemente desacreditado gobierno francés.