Morelia, Michoacán.- Actualmente, el Lago de Chapala no forma parte de los mantos acuíferos de Michoacán en crisis extrema por la sequía, sin embargo, enfrenta graves daños por la contaminación y el desvío de agua para la agricultura.
Informes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), señalan que, en este 2024, el Lago de Chapala, que surte del líquido a una parte importante de la ciudad de Guadalajara, reporta sus niveles más bajos de los últimos tres años.
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“Tiene un nivel bajo no tan dramático quizás como el Lago de Cuitzeo, al día de hoy está al 45 por ciento de su almacenamiento, no es el mejor esperado para la fecha, pero tampoco es tan bajo. La importancia del lago más allá de la parte ambiental, es que es un reservorio de agua para la zona metropolitana de la ciudad de Guadalajara, por eso tiene una relevancia mayor”, explicó el ingeniero Octavio Muñoz Torres, sub director técnico en la Dirección Local Michoacán de la Conagua.
El 60 por ciento del agua que recibe Guadalajara, proviene del Lago de Chapala, el cual alcanza una profundidad de 10 a 15 metros en las zonas más hondas; esta masa de agua considerada como la más grande del país, ubicada entre los estados de Jalisco y Michoacán, promueve la economía de las comunidades de la ribera al ser un atractivo ecoturístico que genera empleo e ingresos.
Pese a su relevancia, expertos consideran que el cuerpo de agua ha sido dañado sistemáticamente principalmente por las descargas de las poblaciones en la ribera, esto sumado a las descargas del Río Lerma que vienen desde el estado de México con diferentes sustancias químicas industriales, ganaderas, tequileras, derivados de petróleo, entre otros, que desembocan en el lago.
José Arturo Gleason Espíndola es investigador de la Universidad de Guadalajara y desde hace 25 años estudia los daños al Lago de Chapala. El catedrático refiere que los estragos del alto nivel de contaminación han impactado en localidades como Poncitlán, donde los habitantes frecuentemente realizan extracciones de agua para su consumo en el hogar.
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“Ya hay males en la salud pública sobre todo en los menores, enfermedades congénitas, los niños nacen cojos, sin capacidad de moverse, con retraso mental, ya estamos viendo el impacto en los habitantes de la ribera”, explicó Gleason Espíndola.
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Otro gran problema que enfrenta el Lago de Chapala, es la deforestación en sus alrededores con fines de urbanización y plantación de huertos de aguacate y berries, principalmente.
“Si no se detiene y se regulan estos sembradíos y la urbanización al lado del lago obviamente veo con sumo peligro que este 40 por ciento (de lo que queda del lago) que se ha estabilizado en los últimos años empiece a ser una tendencia negativa. Sí, está creciendo el negocio de los aguacates y las berries pero ¿cómo recargas el agua?”, cuestionó el profesor.
El investigador considera que para la recuperación de lago son necesarias tres acciones: que las autoridades municipales y estatales se coordinen para frenar la urbanización en áreas de recarga acuífera del lago; que se haga valer la ley que castiga la descarga de aguas negras en el lago y que se inicie un proceso de monitoreo del agua del lago, para medir su calidad.
Por su parte, el funcionario de la Conagua en Michoacán, adelantó que el gobierno prevé suministrar agua a la ciudad de Guadalajara con volúmenes de la Presa Zapotillo, lo cual permitirá bajar “el estrés” del Lago de Chapala y con esto, se ayudaría a su restauración.
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