Waldemar Aguado / @Walo3_0
México es uno de los países con más usuarios de smartphones (teléfonos inteligentes) en Latinoamérica, sólo está después de Brasil en la lista, ocupando el segundo lugar. Dos de cada tres mexicanos mayores de edad tienen celular.
En los últimos años los smartphones han logrado posicionarse como los celulares más usados en el mundo, dejando a los celulares “no inteligentes” en peligro de extinción.
Los teléfonos inteligentes cuentan con una gran cantidad funciones, además, las tiendas de aplicaciones han abierto la puerta a incontables aplicaciones que nos permiten hacer prácticamente todo.
El mercado de la telefonía móvil es muy dinámico, con cambios muy acelerados que buscan ofrecer una mejor experiencia de uso.
Cada año salen al mercado cientos de modelos nuevos de distintas marcas. Aunque los dos sistemas operativos más usados son: iOS, Android, Blackberry, Windows phone, entre otros.
El impacto de este avance se ha visto reflejado en la forma en que las personas se comunican el día de hoy. Los jóvenes usan de manera natural dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras, especialmente los millenials, que nacieron inmersos en la tecnología (ver nota).
Generaciones anteriores, aunque les ha sido más complicado, se han adaptado al uso de los celulares y otros dispositivos. Y al igual que los más jóvenes, cada día dependen más de la tecnología.
El peligro de esta situación reside en la forma en que se usan estas tecnologías, ya que al abusar del uso de estos dispositivos se descuidan las relaciones interpersonales y la capacidad para interactuar con personas que están cerca.
El “phubbing” (formado por las palabras en ingles phone y snubbing) consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña, prestando más atención al celular que a la persona. La dependencia a un teléfono móvil puede ser muy alta, causando nomofobia (del inglés no-movil-phone-phobia), que es la fobia a no poder usar el celular, ya sea por haberlo olvidado o no tener batería.
Otra consecuencia de esta dependencia, es el síndrome de la vibración fantasma, que consiste en tener la sensación de que el teléfono vibra, aún cuando está apagado o no se tiene a la mano.
La salud física también puede verse afectada, el uso prolongado del móvil en una posición encorvada puede llegar a cambiar la postura, los ojos pueden sufrir resequedad, ya que mientras se ve la pantalla de un dispositivo se reduce el número de parpadeos, lo cual disminuye la producción de lágrimas.
A continuación te dejamos una infografía con algunos datos del uso de smartphones en México.